miércoles, 14 de noviembre de 2018

¿Un "Seminario" en Casas de Millán?

Antecedentes de la formación del clero rural
 
La formación del clero en general y el rural en particular, tiene como punto álgido en la creación de seminarios a partir del Concilio de Trento. El mandato que se da no tiene una implantación inmediata, tarda en generalizarse. Recordemos, aunque con antecedentes, cómo el seminario de Plasencia no se crea inicialmente hasta la segunda mitad del siglo XIX con el mandato del Obispo D. Gregorio María López y Zaragoza que realizó unas obras, base para el edificio actual. La inauguración definitiva la tuvo D. Pedro Casas y Souto en 1879 que se mantiene con el actual edificio.
 
Y ¿antes que pasaba?
 
Hay que reconocer que el “clero alto” lo tenía fácil con las universidades. Pero no todos podían económicamente sostenerlo. El clero catedralicio, abastecido ordinariamente de las universidades se cultivaba con facilidad. El clero religioso lo podía hacer y lo tenía en sus propias casas.
 
La gran preocupación era el estamento más bajo del clero. El secular-rural.
 
Los concilios de los siglos bajomedievales claman frecuentemente contra la ignorancia de los clérigos, definiéndola como falta de peritia litterarum. Algunos sínodos de estos siglos aclaran que la ignorancia consiste en "no saber leer y cantar" y desconocer la "doctrina cristiana". Bajo esta queja de aparente simplicidad se esconde la exigencia de una pericia en la lectura, escritura y canto que pasaba por la formación en las Artes Liberales,… a la cual, habría de añadirse la "doctrina cristiana", es decir, algún conocimiento del derecho canónico y la teología dirigida a la cura de almas. Es verdad que la Iglesia se afanó en estos siglos en hacer llegar al clero y a los fieles esta "doctrina" de la forma más sistemática posible. De manera que la memoria pudiera retener los elementos esenciales de la teología pastoral y moral de la Iglesia. Los instrumentos utilizados por el clero para la transmisión de esta "doctrina cristiana" fueron variados: la misa, la confesión, la predicación, el catecismo y la catequesis, así como la literatura devocional (libros de horas,) a la que tenía acceso la minoría de los alfabetizados pero también más amplios círculos de laicos mediante las lecturas públicas.
 
No hay duda que entre el Concilio de Trento y sobre todo el siglo XVIII, la enorme mayoría de los clérigos y de los sacerdotes no se formaron en seminarios.
 
Pero se les exige que tienen que ser  suficientemente peritos en tres aspectos: conocimiento de las Escrituras y de la disciplina eclesiástica, conocimiento de las ciencias profanas y conocimiento de los asuntos seculares.
 
Por razón de su oficio ad hominem, se le exige saber la doctrina cristiana. No se le exige un conocimiento en profundidad, sino elemental, que le permita desarrollar bien su doble función de pastor (administración de los sacramentos) y de maestro (enseñanza-predicación de la doctrina cristiana).
 
Aquí es donde nos encontramos con un problema económico, pues el Obispo de Santiago de Compostela al igual que ocurrirá en otras partes, “en 1435 se lamenta de la escasez de clérigos curados; esta falta se debía a la pobreza de los clérigos candidatos, que no podían costearse los estudios de gramática y, consecuentemente, no eran promovidos a las órdenes sagradas y a los beneficios curados; así pues, los que fallecían no encontraban fácilmente sustitutos. Para remediar la situación, el obispo decide rebajar el nivel de exigencia; ya no necesitarán ser gramáticos para ser promovidos, bastará «que sepan bien leer y cantar».
 
¿Cómo solventar estos dos escollos del lugar y lo económico?
 
Se encuentra una solución para el lugar. Se puede ser sacerdote instruyéndose y adiestrándose con un párroco, o en un cabildo catedralicio o colegial. No es necesario desplazarse a los centros únicos de la ciudad, sino que por comarcas se crean escuelas para clérigos en las parroquias más céntricas o importantes.
 
A partir de aquí es cuando surge la pregunta del apartado: ¿Un “seminario” en Casas de Millán?
 
Siendo una de las aldeas “menudas” como se llama a Casas de Millán, ¿por qué nos encontramos entre sus párrocos algunos doctorados y licenciados, deán, prebendado, bachiller, etc.?
 
A falta de un estudio más detenido e investigado, creo que es una base para dar como hipótesis la posibilidad de que alrededor del párroco de S. Nicolás de Bari se hubiera establecido una escuela de formación de clero.
 
Además, recorriendo los nombres del clero reseñado en la primera parte de este estudio, nos encontramos, tanto en los nacidos como fallecidos en este lugar, reseñas de tonsurados, minoristas, subdiáconos.
 
También nos encontramos con una solución para la otra alternativa de la dificultad: lo económico.
 
Si ya hemos visto cómo la dificultad económica impedía el acceso a los estudios de gramática, puede que la solución la encontremos en la aplicación de capellanías, lo que nosotros llamaríamos becas. Aquellos que venían, podían favorecerse de alguna capellanía, cuya finalidad, como hemos dicho, era esa. Al estar en un pueblo era más barata y más fácil la manutención y el pago de los estudios.
 
Pensemos que la paga mínima del clero era aproximadamente de 20,000 maravedíes, algo más de 53 ducados al año, “menos de los dos reales diarios que era el jornal mínimo  de un peón”.
 
Por otra parte nos encontramos con que las capellanías no son sólo de Casas de Millán, sino de pueblos de alrededor, pues era frecuente que dichos pueblos fundaran las capellanías para algún aspirante a clérigo en concreto.
 
Una vez más se repite la historia en estos tiempos.
 
Hace unos días ante la necesidad de clero en la Amazonía, el cardenal Hume presenta una propuesta sobre la formación del clero en aquella región, que dice así:
 
La propuesta entonces es que la formación de los sacerdotes se abrevie, se haga en módulos periódicos, directamente en el lugar donde viven, con una duración muy inferior a la tradicional aunque siempre supervisada por los obispos locales.
 
Queda mostrada para el conocimiento de los “casitos” una raíz más del tronco religioso de Casas de Millán. Parroquia rica en vocaciones de todo tipo.
 
Es bueno conocer la historia de un pueblo.
 
Bibliografía
  • Las capellanías  en los  siglos XVII y XVIII a través del estudio por Candelaria Castro, Mercedes Calvo y Sonia Granado.
  • La formación del clero católico en la edad moderna. De Roma, a Italia, a Europa por Maurizio Sangalli
  • Las escuelas y la formación del clero de las catedrales en las diócesis castellano-leonesas (siglos XI al XV) por Susana Guijarro González, universidad de Cantabria
  • Pedagogía medieval hispana: transmisión de saberes en el bajo clero, resumen José María Soto Rábanos CSIC. Madrid
  • La carrera eclesiástica en el s. XVIII. Por Mª Luisa Candau Chacón
  • El clero en la España de los siglos XVI y XVII. Estado de la cuestión y últimas tendencias.  Arturo Morgado García.
  • Archivo parroquial

domingo, 28 de octubre de 2018

Capellanías y memorias

Quisiéramos acercarnos a una raíz también del vigor de la fe en Casas de Millán.
Si hemos considerado el mundo religioso a través de las personas “importantes” nacidas en el pueblo; de quienes dejaron sus huellas en la devoción popular petrificada en ermitas y devociones o asociaciones, no hemos de perder de vista otra manifestación de la fe del pueblo mediante las capellanías y memorias aquí fundadas.
 
Aunque sea brevemente daremos noticia de las fundaciones que tuvo la Parroquia de S. Nicolás de Bari de Casas de Millán.
 
¿Qué son las capellanías y fundaciones en el siglo XVII y XVIII? Las capellanías son fundaciones perpetuas hechas con la obligación aneja de cierto número de misas u otras cargas espirituales que debe cumplir el poseedor en la forma y lugar previstos por el fundador.
 
Se trata por consiguiente de que un feligrés separaba de su patrimonio unos bienes, que posteriormente se asignaban, ordinariamente a un clérigo, para que pudiera mantenerse de ellos. A su vez dicho clérigo se comprometía a celebrar en una capilla un cierto número de misas o rituales sagrados por el alma del fundador, que ordinariamente ampliaba a su familia.
 
Esta forma de financiación proporcionaba a la Iglesia una gran masa económica de bienes, separados del conjunto de la economía, y que ayudaba a  sufragar las cargas espirituales que necesitaba.
 
Había modalidades. Así nos encontramos con capellanías colativas y laicales.
En las primeras ordinariamente los bienes pertenecen a la Iglesia, que se encarga de administrarlos como apoyo económico para el capellán. Al ser bienes de la Iglesia necesitaba intervención del Obispo aprobándolas.
 
Las laicales no necesitan intervención de la autoridad eclesiástica. Se deben distinguir éstas de las memorias y aniversarios, es decir, las misas que se mandaban en los testamentos que se aplicasen por las almas del testamentario u otras intenciones. Ello no suponía una vinculación perpetua. Por el contrario, en las capellanías laicales los bienes sobre los que está sustentada la fundación se separan de la herencia del fundador y quedan vinculados a la capellanía.
 
La fundación de capellanías constituyó una práctica muy difundida en España durante los siglos XVI al XVIII que incluso se hizo extensible a las colonias españolas de América.
 
Quiero advertir, puesto que tenemos algunas capellanías en la Parroquia de este tipo, que el capellán electo fuese un menor no ordenado; en este caso su tutor se encargaba de mandar decir las misas a una tercera persona pagándole según la limosna acostumbrada (de dos a cuatro reales) y utilizando el superávit para ayudar en el mantenimiento y estudios del capellán. E incluso encontrarse ausente el capellán nombrado y mientras dure dicha ausencia nombrarse un capellán interino.
 
Después de esta advertencia veremos una posibilidad que pudo haber en la Parroquia del pueblo.
 
CAPELLANÍAS HABIDAS EN EL SIGLO XVIII
 
Llegados a este punto podemos decir que nos encontramos en el año 1753 con 42 capellanías en la relación que de ellas se hace en el “ÍNDICE DEL LIBRO “CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA”
 
Es necesario hacer constar que no todas las fundaron feligreses de aquí.
  • Capellanía de Catalina González, La Beata
  • Capellanía que fundó Matías Gil e Inés González
  • Capellanía que D. Alonso Franco
  • Capellanía que fundó Lorenzo Cordero
  • Capellanía del Comisario D. Miguel Rosado
  • Capellanía que fundó D. Miguel Rosado
  • Capellanía de María Rodríguez
  • Capellanía de Alonso Gómez Herrero
  • Capellanía de Diego González Sastre
  • Capellanía de Juan Martín del Barco
  • Capellanía de Francisco Suárez de la Vega
  • Capellanía del Bachiller Pedro Cabezas Pedroche y D. Juan Rubio
  • Capellanía que en S. Esteban de Plasencia fundó Alonso Ramos Camberos
  • Capellanía segunda que en Cañaveral fundó D. Alonso González Blázquez
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Juan de Arianiega
  • Capellanía que en Cañaveral Fundó Catalina 
  • Capellanía que en Monroy fundaron Juan González Lorenzo y María Rodríguez.
  • Capellanía de Ánimas fundada en este lugar.
  • Capellanía que en este lugar fundó D. Bartolomé Domínguez
  • Capellanía que en lugar de Cañaveral fundó Alonso González Blázquez
  • Capellanía que en este lugar fundó el Lic. Martín Sánchez
  • Capellanías primera y segunda que en la Serradilla funda D. Juan García Torrejón y Ana González.
  • Capellanía que en este lugar fundó el Doctor Juan Sánchez
  • Capellanía que en este lugar fundó Juan Lorenzo y Catalina Sánchez
  • Capellanía que en S. Martín de Plasencia fundó Juan Hernando de Quirós
  • Capellanía que en Serradilla fundo Martín Caballero
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Francisco Lobera
  • Capellanía que en Plasencia fundó Catalina González, la Chuca
  • Capellanía de Alba y once que en la villa de Mirabel fundo D. Florián Serrano
  • Capellanía que en S. Nicolás de Plasencia fundo Dª Ana Nieto de Trejo
  • Capellanía que en Plasencia fundó Dª Estefanía  González de Carvajal
  • Capellanía que en S. Esteban de Plasencia  fundó Isabel Álvarez de Saavedra
  • Capellanía que en Santiago del Campo fundó Sebastián Jiménez Cirujano
  • Capellanía que fundó en Plasencia Hernando de Almaraz
  • Capellanía que en Plasencia fundó Hernando de Villalba
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Pedro de León
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Enrique de Guzmán
  • Capellanía de Casar de Cáceres
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Pedro Buezo
  • Capellanías y memorias que en Plasencia fundó el Arcediano Rodrigo Pérez
  • Capellanía que en Plasencia fundó D. Bernardino de Cabreros
Una pregunta surge fácilmente: ¿Cómo es que hay tantas capellanías en un pueblo pequeño? Sospechamos que la razón puede estar en lo que relatamos a continuación, aunque puede que no estemos en lo cierto, ya que hay datos históricos que se contradicen.

lunes, 15 de octubre de 2018

La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (y II)

El Retablo

Al irse incrementando los caudales que como limosna, puesto que no hay cuotas a los cofrades, se trata de mantener el retablo, que ya debe llevar tiempo, y tiene deterioros. Así, en el cabildo del  16/05/1677: Se hace propuesta de lucir el tabernáculo de Ntra. Sra. del Rosario
 
Y en el Cabildo del 23/05/1677. Dice textualmente:
 
“… han buscado persona que renueve dicho tabernáculo pintando y dorando todo lo necesario y que la última estimación que por ello pedía el maestro era de dos mil cien reales, con otros retenes que por todo importaba más de dos mil doscientos reales, que viesen si convenía el proseguir con dicha obra y de donde se había de satisfacer. Acordaron que dichos oficiales prosigan y fenezcan a quedar pintado y dorado dicho tabernáculo y demás adornos necesarios y para la satisfacción dicho oficiales pidan limosna graciosa por el lugar, y para los que faltare, en especial vendan el novillo que dicha cofradía tiene y generalmente se valgan de los bienes que tiene dicha Cofradía según en la forma que lo aprobó dicho cabildo”
 
Esto ya nos da idea del aprecio que tenían para con la Virgen del Rosario.
 
¿Se realizó dicho proyecto? Parece ser que sí, pues tenemos algunas partidas que constan en los cabildos para sufragar el costo.
 
Reunir dinero para el pago tuvo sus dificultades, puesto que vemos que se hacen peticiones en distintas direcciones. Así, nos encontramos con que en el año 1677 en las cuentas de cargos aparecen 21,532 maravedíes “que importó la limosna que dieron los vecinos para renovar el tabernáculo de Nuestra Señora… y 3 fanegas y 3 celemines de trigo que así mismo se juntó”
 
Así mismo en las cuentas de dicho año el mayordomo hace constar que:
 
Ha recibido 10,438 maravedíes “que así mismo me dieron de limosna los que se juntaron en cabildo para ayuda a dorar el retablo en los que van incluidos 48 reales que dieron los paramentos”
 
La cantidad de 11,594 maravedíes que valieron los granos que le entregó Diego Rosado en el ofertorio de doña X  para ayuda a la costa del retablo”
 
Como en todas estas situaciones hubo que hacer arreglo de una cantidad que debía aportar la Cofradía a un convento de Garrovillas. Dice textualmente:
 
“Se le cargan 34,000 maravedíes por los mismos que en conformidad del acuerdo que se acordó en cabildo se tornaron a censo del convento de monjas de la Salud de la villa de las Garrovillas para ayuda a limpiar el retablo con advertencia a que la dicha Cofradía  pague del principal y los réditos”
 
Estos caudales no bastaron para pagar las distintas faenas que se realizaron en el retablo, puesto que nos encontramos, que debieron empeñarse en alguna cantidad, ya que 630 reales van a parar para el pago de lo que se debía. Nos encontramos en el año 1679, es decir dos años después de las aportaciones anteriores.
 
Cabildo del 31/12/1679
 
“.. el tabernáculo de Ntra. Sra. el año pasado del 77 y que se presenta Diego Gil Rubio, vecino de este lugar ha redimido a dicha Cofradía el principal de 620 reales que determina de lo que debía a hacer la una y otra cantidad en consideración que dicha Cofradía no tiene caudal para pagar el empeño que tomó para el adorno de dicho tabernáculo, acordaron que se ¿use? El depósito hecho por parte de Diego Rubio y con él y el demás caudal que dicha Cofradía tiene o adelante hubiere, se junte al principal de dichos mil reales y los demás réditos que se debieren hasta el día de la redención…”
 
La cuestión del endeudamiento viene reflejada porque si el arreglo valía unos 2,200 reales, las cantidades que costa se pagaron, quedan lejos de dicho montante.
 
Así, se pagaron 82,178 maravedíes que costó el dorar el retablo, y que en dicha cantidad va incluido lo que costó traer y llevar al maestro, que era de la villa de Cáceres. Igualmente por madera y unas piezas que le faltaban.
 
También tuvieron que pagar “11,129 maravedíes que costó el hacer y la madera del quita-polvos que se puso sobre el retablo”
 
Para rematar el altar hubo que hacer un frontal, por el que se pagaron  5,644 maravedíes
 
Así pues, todo ello nos está indicando que dicho retablo es anterior a estas fechas, puesto de lo que  se trata es de arreglar y dorar dicho retablo.
 
No olvidemos que con frecuencia se hacían retablos cuyo costo era elevado y que se dejaban a madera vista. El dorado en algunos se hacía con posterioridad.
 
Parece ser, que, cuando se termina toda esta obra del retablo, se encuentran con una dificultad. ¿Qué hacer con el retablo anterior? La solución las encontramos en un cabildo del año 1730
 
“Y dijeron que por causa de haberse hecho para la imagen de Ntra. Sra. del Rosario un retablo de talla, de las limosnas que se juntaron por el lugar, se hallaban con el que tenía dicha imagen antes, deteriorado y viejo, que viese dicho cabildo que se había de hacer de él, o si se había de vender o darle a algún a otra imagen que lo necesitase, a la cual proposición unánimes determinaron y dijeron diese dicho retablo a la ermita de la Santa Marina por necesitarlo para la imagen de la Santa y el que tiene ésta se dé a Santa Lucía, deseando el menor adorno para dichas imágenes y que del caudal que tiene santa Marina se den 100 reales para ayuda de dorar el dicho retablo de Ntra. Sra. a todo lo cual ha de preceder licencia del Sr. Provisor, principalmente por lo que toca a las 100 reales que ha de dar la ermita de santa Marina, pero si no se alcanzase dicha licencia, entonces se le hace de parte de esta Cofradía donación de dicho retablo a la Santa, sin que por él pague nada”
 
Se concedió dicha licencia
 
Esta fue una gran obra para aquellos tiempos. Pero, sin salirnos del tema del retablo, tenemos que consignar, que todas las cosas se deterioran. Por ello en el año 1765 hubo que hacer una nueva reparación que ciertamente no supuso un coste tan elevado, porque se pagaron “76 reales que costó componer el retablo de Ntra. Sra. a toda costa”
 
La Imagen
 
La actual presentación de la imagen de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, no debió ser la original, aunque queden restos de ella. En estas cuestiones, como otras de la vida, se imponen las modas.
 
Hacia finales del siglo XVII y XVIII junto a la esplendidez de las artes del gótico y las cofradías aparece el gusto por lo ampuloso, que da paso a las imágenes vestidas. Muchas de estas imágenes son tallas del gótico e incluso de románico a las que hay que mutilar, cabeza, brazos y pies y ponerles un bastidor. Otras son bastidores con los  dichos miembros ad hoc como soporte de los vestidos o mantos.
 
Muchas de estas imágenes han llegado hasta nuestros días, así conmueven el sentimiento de las gentes, a la vez que satisfacen en no pocos casos, la vanidad de dirigentes o cofrades que pueden competir su riqueza y suntuosidad con las imágenes de la hermandad vecina.
 
La imagen de la Virgen del Rosario debió ser de talla. Se deduce por la redacción que se hace de la modificación:
 
Cabildo del 15/01/1747
 
“Yo el escribano de ella les hice saber de parte del Mayordomo actual la siguiente proposición: Juan Fernández del Barco Mayordomo de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario ante vuestras mercedes digo: como deseando el mayor culto y veneración… debido a María Santísima pidiendo a sus mercedes su consentimiento, he propuesto que la imagen suya, a quien con tanta reverencia veneramos se disponga para que por mejor se vista y en la forma que pidieren sus festividades y los misterios que en ella se celebran y habiendo de ejecutarse esto por artífice inteligente, teniendo confianza en D. Tomás de Sande, vecino de Cañaveral, en quien se tiene confianza y experiencia de haber compuesto otras imágenes de Ntra. Sra. en la mismo forma dicha, habiendo quedado muy contentos en los pueblos donde lo ha ejecutado a cuyo fin he hecho que el dicho Don Tomás, haya visto la imagen para si sus mercedes determinasen, saber el coste que podía tener y habiéndola visto dijo que la compondría a toda satisfacción en la forma dicha y hablando sobre el precio dijo que aunque en Torrejoncillo había llevado por dos imágenes que compuso por cada una cien reales, que aquí la compondría por ochenta reales, y se le advirtió que al rostro de Ntra. Sra., no se había de tocar a él, y que había de poner brazos con goznes a la imagen quedando esto tratado hasta alcanzar el beneplácito de sus mercedes de que no se dudaba el afecto y devoción que sus mercedes a esta devota Sra. y también pongo en la consideración de Vds. que para satisfacer la cantidad de los ochenta reales nos obligamos los alcaldes de dicha Cofradía y yo como mayordomo a pedirlo de limosna entre algunos devotos para satisfacer dicha cantidad en parte o en todo si se juntase bastante y si algo faltase lo supliera la Cofradía… quedó se componga.
 
… dieron su consentimiento y dijeron se ponga luego en ejecución por ser todo en honra de María Santísima.
 
Decía lo de la moda, porque se habían hecho en otros lugares cercanos la misma operación con imágenes.
 
Pero la fe en la Virgen del Rosario siguió creciendo entre los vecinos de Casas de Millán, pues siguieron perteneciendo a la Cofradía. Cada año había nuevos cofrades.
 
Ello también repercutía en los signos o símbolos que seguían siendo expresión material de dicha fe.
 
Así nos encontramos con aportación de doscientos reales para una imagen del Niño Jesús.
 
En 1692 ya se hace referencia al inventario de lo que posee la Cofradía, manifestación de las diversas preocupaciones en la exaltación de la imagen como expresión de la devoción. Ya posee dos coronas para lucirlas en las procesiones y celebraciones.
 
Por supuesto que también su Hijo podía lucir su cabeza coronada, pues el maestro de platería Leonardo Pérez, en el año 1693, adereza una corona que supuso 27 reales y medio que valen 935 maravedíes
 
En 1765 se manifiesta la devoción que los casitos tenían, aun cuando estuvieran fuera, en Plasencia, a la Virgen del Rosario. Así lo expresa Lic. Francisco Retortillo, vecino de Plasencia y natural de este lugar, que  regala un manto a Ntra. Sra. del Rosario.
 
En 1867 se cierra el libro de esta Cofradía. Nada histórico hasta el momento sabemos de su terminación.

martes, 2 de octubre de 2018

La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (I)

No quisiera empezar este capítulo, sin hacer referencia a que Fray Enrique Escribano González, “casito” le dedicó un artículo en la revista del Monasterio de Guadalupe, mirando especialmente las Ordenanzas.
 
Es primeramente interesante ver la historia de las cofradías de la Virgen del Rosario.
 
Las Cofradías del Rosario, nacidas a fines del siglo XV a iniciativa de Fray Alano de la Roca, formalizan definitivamente el rosario, de honda tradición monástica, y lo trasvasan al ámbito urbano, creando un asociacionismo seglar en torno a los conventos de la Orden Dominicana.
 
La Cofradía adquiere mayor arraigo entre la población en la segunda mitad del XVI, siendo un hito trascendente la victoria naval de Lepanto (1571). Tras ella, el instituto de las cofradías establece las denominadas fiestas mensales (mensuales) con misa solemne y procesión claustral los primeros domingos, y obligación de confesar y comulgar, siendo la principal la de octubre, también denominada de la «Batalla Naval» conmemorativa de Lepanto y dedicada especialmente a la Virgen del Rosario, con función, panegírico, música y procesión pública por la feligresía con la imagen. Se celebraron en la festividad de la Purificación.
 
Enseguida llega a la parroquia de Casas de Millán, donde aparece en 1569, y es cuando da comienzo el libro que recoge las actas de los cabildos, aunque sus ordenanzas se aprueban posteriormente.
 
¿De dónde viene la influencia de las Cofradías  en Casas de Millán?
 
La influencia dominicana a este pueblo puede venir del convento de la Fuente Santa de Galisteo.
 
Es un convento que estuvo situado al sur de la población y que fundaron los condes de Osorno, que posteriormente desapareció con la revolución francesa en 1811, aunque también hubo bastante desidia por parte de los mismos dominicos.
 
De hecho en el encabezamiento de la aprobación de las Ordenanzas de la Cofradía de Ntra. Sra. de Casas de Millán aparece Fray Lorenzo de Almaguez, Prior del convento antes mencionado. Así aparece:
 
“Yo Fray Lorenzo de Almaguez, Prior del convento de la Fuente Santa de Galisteo, acepto y apruebo todas las ordenanzas que hay en este libro de los cofrades del Rosario de las Casas de Millán, y nombro por capellán de la dicha cofradía al bachiller Juan Gutiérrez de Paz.”
 
Al depender de la Orden de Predicadores las Cofradías, y estar bajo su organización y cuidado, nos podemos explicar fácilmente la presencia del escudo de la Orden en el rosetón del altar que se llama de la Virgen del Rosario, hoy dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Posteriormente se verá el cuándo se construyó.
 
Debía estar muy arraigada la costumbre del rezo del Rosario en el pueblo, pues se podría decir que la casi totalidad del pueblo se inscribe en la Cofradía. Prueba de ello es que se indica en una ordenanza:
 
Y porque en este lugar se solía decir cada sábado una misa cantada a Nuestra Señora, queremos que se diga y que la devoción no se pierda, la cual misa a de ser por todo el Pueblo pues todos son cofrades, y también por todos los difuntos.
 
Son, en muchas ocasiones, los componentes de la familia en conjunto los que se apuntan. Así lo muestra la primera inscripción de cofrades que contiene el libro 1º de la Cofradía.
 
Además como consta en su segunda ordenanza:
 
“Ordenamos que en este santa Cofradía puedan entrar cuales quier personas de cualquier estado y condición que sean, ora sean grandes ora pequeños, ora hombres, ora mujeres sin obligación a pagar cosa alguna por la entrada.”
 
Es muy importante cual es la finalidad de esta Cofradía, cosa que nos indica el aprecio por lo espiritual que se tiene en aquellos tiempos y la fe que profesan públicamente en la “comunión de los santos”.
 
“Que cualquier cofrade participe de todos los bienes espirituales, de oraciones, ayunos, limosnas y disciplina y misas que se dicen y hacen en toda la cristiandad por todos los de esta santa Cofradía, que son cofrades, y los reverendísimos Generales de la Orden de Santo Domingo les hacen partícipes de todas las buenas obra y bienes, oraciones, ayunos, disciplinas, predicaciones, sacrificios, limosnas que se hacen en la dicha Orden por todos los frailes y monjas de ella.”
 
También tienen sus obligaciones y como principal el rezo del santo rosario:
 
Queremos que cada cofrade rece cada semana a lo menos un Rosario entero, que son quince Pater noster, y ciento cincuenta Ave Marías Rezando con cada Pater Noster, diez Ave Marías.
 
Pero si el tal cofrade estuviere enfermo o tuviese otro legítimo impedimento para no poder rezar el Rosario, lo pueda hacer rezar a otro y tanto le valga cuanto a la participación de los bienes espirituales de la Cofradía como si él mismo lo rezase.
 
Otra de las obligaciones que tiene, queda especificada en la ordenanza 8ª
 
Ordenamos que la fiesta principal y advocación de esta santa Cofradía en este pueblo sea el postrero domingo de agosto, en la cual fiesta todos los cofrades no impedidos sean obligados a hallarse a las primeras vísperas teniendo velas encendidas, a la Magnífica y oración…
 
Y como no podía faltar:
 
“…que aquel día se haga una solemne procesión: llevando la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus andas por las calles do es costumbre andar la procesión del Santísimo Sacramento y que todos los cofrades lleven de su casa, cada uno, una candela encendida en la una mano, y en la otra el Rosario y que todos vayan rezando con mucha devoción y sosiego”
 
Hay una característica, común a casi todas las cofradías, reflejo de la alegría que tanto necesitan los cristianos en todo momento y es la fiesta. Con frecuencia se tiñe de melancolía y tristeza la fiesta cristiana, sobre todo en nuestras culturas clericales, pero que no es así en el pueblo sencillo, ni en todos los tiempos. Observamos que en las ordenanzas también se refleja:

“…que si hay posibilidad y el pueblo es grande, que este día se hagan todas las fiestas y regocijos que es razón se hagan en alabanza y honor de la santísima Madre de Dios, para que como en el día del Corpus Cristi es alabado el Hijo en este sea alabada la madre con danzas y autos y otras fiestas posibles.”
 
“…que se han de prevenir con tiempo para este día de la fiesta encargando con tiempo los autos y representaciones a los que mejor salieren con ella y las danzas ni más ni menos ayudándoles los oficiales de la Cofradía en todo lo que pudieren conforme a su posibilidad, sin que haya juramentos, blasfemias, maldiciones u otra cosa que no huela a caridad.”
 
Y terminamos esta introducción al desarrollo de la Cofradía haciendo constancia que las 23 ordenanzas fueron no solamente aprobadas por el superior del Convento Dominico de La Fuente Santa de Galisteo, sino que conlleva la aprobación del Obispado de Plasencia:
 
“Nos Dr. Don Juan Quijada de Almaraz, visitador General Por su A. Don Fray Enrique Enríquez, Obispo de Plasencia del Consejo de su Magestad Real, habiendo visto que las reglas ordenanzas y constituciones de la Cofradía de Nuestra Señor del Rosario, de lugar de Las Casas de Millán y por ellas consta por justas y moderadas, por las presentes la confirmamos y aprobamos…”
 
Datos históricos sacados de los libros correspondientes a la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario

Nos situamos hacia mediados del siglo XVII. Se puede deducir fácilmente que la cofradía lleva un tiempo funcionando, ya que entre los primeros gastos que se consignan nos encontramos con la aportación de doscientos reales para una imagen del Niño Jesús.
 
En dicha cofradía, como se estipula en las Ordenanzas, no hay impedimento para nadie en apuntarse en ella. Por eso aparecen clérigos, casi todos naturales de aquí, como Lic. Miguel Rosado, cura de Grimaldo. Lic. Matías Gil y el Lic. Juan Santos y el Lic. Francisco Gil Íñigo.
 
Quiero hacer notar la calidad de dichos clérigos, pues todos ostentan el título de licenciados.

lunes, 17 de septiembre de 2018

La desaparecida ermita de Santa Lucía

Con frecuencia hemos oído denominar a Casas de Millán como la villa de las siete iglesias, aunque en realidad fue de las ocho, pues consta que existió la ermita de S. Miguel Arcángel. ¿Cuáles eran las siete iglesias o ermitas? La iglesia parroquial, Ntra. Sra. la Virgen de Tebas, S. Sebastián, San Juan, Santa Marina, S. Ramón y Santa Lucía.
 
Con frecuencia no salían las siete. Era cuestión de indagar cuál faltaba. Por fin en el libro de la Cofradía de la Vera Cruz aparece, gracias a los informes que se dan. Es verdad que la imagen sigue en San Sebastián, pero no había ubicación de dónde estaba la ermita. Era Santa Lucía. Debía ser de una cierta antigüedad, pues lo que se nos reseña así lo constata.
 
¿Dónde estaba? El Señor Cura de la Parroquia tiene que dar un informe al Obispado para que pueda desaparecer o reconstruirla, y en él nos dice lo siguientes:
 
“En 19 de Diciembre de 1695. Informe del Cura Onofres Paniagua, (hijo) de Juan Rosado, de Las Casas de Millán y Mayordomo de la ermita de Santa Lucía del dicho lugar, dijo que en el ejido de dicho lugar estaba la referida ermita, la cual se ha caído a causa de no tener suficientes cimientos y se halla su techo desmantelado y en el dicho lugar hay (y) de bajo X Que a sus expensas (procuren) reedificar nuevamente y para que esto no cese, suplico a Vd. se sirva dar licencia para que se demuela del todo la que está caída  y que el material que de ella (se derive)se aproveche en la que nuevamente se ha de hacer. Pido… y el despacho necesario…”
 
Se hacen las correspondientes solicitudes y peticiones para poder demoler la ermita
 
“En el lugar de Casas de Millán en 20 del mes de diciembre de 1695: visto este auto del Provisor por su merced el Lic. Andrés Díaz, cura propio de dicho lugar en razón del informe que por él se manda hacer, dijo que es así, que la ermita de santa Lucía, que repite la petición, está quitado el techo por haberse viciado desde sus cimientos y habiendo sido vista por oficiales de mampostería ha parecido que el sitio tiene mal terreno para cimientos y cerca de él hay otro sitio más seguro en que a poca costa mudados los materiales se puede edificar más segura a lo cual algunas personas devotas han ofrecido ayudar y el parecer de dicho Señor Cura es que conviene se haga así y lo remite al arbitrio del Señor Provisor, así de claro. Y firmo”
 
“En 23 de enero de 1695. Vistos da fe que se pide.  Autos
Onofre Paniagua, de Juan Rosado del lugar de las Casas de Millán, mayordomo de la ermita  antigua de dicha santa se demuela y que con su material se haga otra nueva en mejor sitio y más suficiente que la primera, para cuyo coste contribuyen vecinos devotos de dicho lugar. Presento y juro este informe hecho para el cura de dicho lugar por donde consta lo que mi parte tiene. Pedido=suplico y al Ilmo.  De su vista dar lo licencia que tengo pedida y que no cese el celo de las devotas. Pido… costas.
 
Licencia.
 
En la ciudad de Plasencia a 23 días del mes de diciembre de 1695 ante el Señor Licenciado D. Blas Asensio de Grado y Mateos Provisor y Vicario General de esta dicha ciudad y su obispado le presento la petición de demolición, y vista por su merced con los demás autos que en ellas se menciona, dijo daba y dio licencia en forma al Mayordomo de la ermita de santa Lucía del lugar de Casas de Millán para que puedan demoler y deshacer la ermita antigua y con su material que ha quedado en ella puedan reedificarla  para hacer de nuevo otra ermita para dicha santa adentro estará cuidada. Y inhabitable la que antes tenía, según y cómo se expresa en el informe y pedimiento presentado en 19 del corriente y por  este fiauto así lo pronuncio mando y firmo.
 
Nos quedan algunas dudas: ¿Se hizo posteriormente dicha ermita? Da la sensación de que no. No obstante lo que sí sabemos es que en el año 1793, Santa Lucía está agrada a la Cofradía de S. Juan, pues a dicha asociación se remite la imagen de Santa Marina.
 
Así terminamos ese capítulo de la Cofradía de la Vera Cruz, que nos ha dado un poquito más de conocimiento de nuestra fe religiosa, no tanto como decíamos en los grandes personajes, sino en las bases fundamentales del Pueblo de Dios.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Fundación adjunta del paso del Descendimiento


Un poco de historia.
 
Las primeras hermandades y cofradías de carácter penitencial y disciplinario de España se encuentran ligadas, desde su primer momento, a la Orden fundada por el penitente San Francisco de Asís en los comienzos del s. XIII, que sufre en sus mismas carnes las llagas de la Pasión de Cristo.
 
Se crean las cofradías de la Pasión durante los siglos XIII y XIV, y se configuran definitivamente desde el XVI. Estas cofradías sacaban las imágenes de la cruz en procesión y se centraron en el culto a Cristo en su pasión.
 
De estos antecedentes tenemos  las cofradías de la Vera Cruz. Pero no eran sólo las manifestaciones procesionales las que tenían estas cofradías, sino que, como en otras manifestaciones artísticas, se pretende llegar a los fieles con las representaciones de la Pasión del Señor. De ahí nacen los Autos Sacramentales.
 
El Auto Sacramental de la Pasión se presenta en varios actos.

Hacia las tres de la tarde, hora aproximada en que murió El Señor, estando todos reunidos en la iglesia, se tiene el acto primero, la Adoración de la Cruz. Acto que aún permanece en la liturgia del Viernes Santo.
 
El segundo acto es el Descendimiento de la cruz. Primeramente se ha tenido el sermón de las siete palabras o frases que Jesús pronunció desde la cruz. Se baja a Cristo Muerto de la cruz y después de ser aseado su cuerpo por las mujeres que acompañan a María, se le deposita en el sepulcro.
 
El tercer acto representa la visita que las mujeres hicieron al sepulcro, con el fin de adecentar mejor el cuerpo de Cristo, puesto que no habían quedado conformes con lo realizado el día anterior por la premura del tiempo. En algunos sitios, como en Peraleda de la Mata, se representaba antes de la misa de Gloria del Sábado Santo.
 
Hoy día este acto anterior se ha trasladado a los momentos  previos al encuentro del Cristo con su Madre, que representa la Resurrección.
 
Estas representaciones se hacían  en algunas ocasiones con actores reales. Es lo que se dado en denominar la Pasión viviente. Como la celebrada en la localidad catalana de Esparraguera, donde interviene a veces muchos actores.
 
Pues bien, vinculada a los dramas medievales de la Pasión de Cristo, la ceremonia del descendimiento se representará de forma independiente a partir del S. XVI. Los principales divulgadores de esto fueron los franciscanos. Por ello no es raro encontrar en los pueblos cercanos a monasterios o conventos franciscanos imágenes de Cristo llamadas del Descendimiento.
 
Fácilmente se deduce de lo encontrado en los libros de la Cofradía de la Vera Cruz, que esta devoción está arraigada en Casas de Millán, puesto que han comprado las imágenes de Cristo del Descendimiento y La Dolorosa. Posteriormente se le dará forma canónica con la aprobación del Obispo. Así lo dice textualmente:
 
“En el lugar de Casas de Millán en ventiseis días del mes de Marzo año de mil setecientos y treinta y uno estando en la iglesia Parroquial de el Sr. San Nicolás de este lugar, los señores y el Licenciado Don Manuel Suárez de Valcárcel cura propio de este lugar Don José Sánchez de la Vega (escribano) Don Francisco Franco () Don Miguel Rosado () Don Tomás de Ayala y Alonso del Egido, Alcaldes  () Franco Rosado Vega, regidores Juan Rosado, Tomás Rosado, Francisco Egido Carretas, Juan Rosado Barco, Alonso Fabián y Juan Fernández Barco, vecinos todos de este lugar, estando así juntos, dijeron que habiendo la santa y piadosa devoción de este pueblo, por medio de sus limosnas, dispuesta la fábrica de dos sagradas imágenes, del Santísimo Cristo y Virgen de la Soledad, para que con toda decencia y veneración se celebre el paso del Descendimiento y conseguido se () pueda tenerla en esta iglesia dichas imágenes y siendo preciso el colocarlas en ella en el lugar más cómodo y que así el Cabildo determine el sitio. También a la Cofradía (hase a de apropiar) esta sagrada devoción y otras cosas tocantes y pertenecientes a esta nueva institución y entendido por el Cabildo acordó que se agregue, como desde luego la agrupan a la Cofradía de la Santa Vera Cruz, sin que esta padezca gravamen alguno en sus rentas, cera ni otra cosa alguna si solo con el cargo de que sus mayordomos ¿harán? De cuidar del aseo y limpieza de ellas. Y al tiempo de nombrar mayordomos sean de nombrar dos personas de buen celo y ¿cristianas? Para que pidan limosna en los tiempos oportunos de cosechar así para la conservación en delante de esta piadosa devoción como para la fábrica de una urna adonde ha de ir en procesión su divina majestad con el mayor culto, decencia y veneración en el viernes santo y por su limosna así ¿ el Cabildo de derechos y el Sr. Cura cuatro ¿siclos? de plata y al sacristán tres siclos de plata con la obligación de asistir a la procesión y demás exequias que se requieran en estando preso y señalar para colocar dichas santas imágenes un altar que se ha de hacer en la capilla del Smo. Cristo. Y las personas que se nombraren hayan de tener su obligación de quitar y poner las imágenes en la Cruz y han de avisar a los señores sacerdote para que asistan a la función de este santo paso y llevar las andas en la procesión y en esta conformidad hacer este acuerdo que quieren tenga fuerza y vigor y para ello se lleve a conformar. A el señor Provisor de la ciudad de Plasencia a quien suplica dicho cabildo se sirva de aprobarle y dar su consentimiento para todo lo aquí expresado. Así lo acordaron y firmaron los que supieron de que yo el notario doy fe”
 
Como es lógico todo esto necesitaba, como anteriormente se ha dicho, la aprobación episcopal. Por ello, el 3 de Abril del mismo año 1631 se hace la petición al Obispado de la autorización para que se pueda hacer cargo la Cofradía de la Vera Cruz, adherida a ella la del Descendimiento.
 
No tarda mucho en tener respuesta por parte del organismo que tiene incoado tal asunto. En el día 8 de Abril del 1731 reciben los cofrades en una reunión lo siguiente:
 
“ por mí el notario les he hecho notorio el auto anterior del Sr. Provisor de la ciudad de Plasencia en que se sirve mandar dar traslado a esta Cofradía del acuerdo  que se celebró en los ventiseis de Marzo que consta de la hoja antecedente en que se acordó que se agregue a esta cofradía las santas imágenes del Descendimiento con la “condición” Que esta Cofradía no haya de tener obligación de gastarse cosa alguna en la función del Descendimiento ni en otra que se ofrezca y de más que  de dicho acuerdo consta; y enterados del texto los ¿ en nombre de esta Cofradía y sus cofrades desde luego aprueban conveniente y consienten y ratifica el referido acuerdo de ventiseis de Marzo próximo pasado y aceptan la agregación de dichas imágenes que de ellas de hará dicha Cofradía según como se expresa en dicho acuerdo sin alterar ni innovar cosa alguna de él, y los dichos Juan del Ejido Mayordomo, Alonso Fabián y Juan Fernández, alcaldes de ella, se obligan por lo que de ellas toca a cuidar del aseo y limpieza de dichas santas imágenes por ser este el cargo no mas que han de tener los demás que les sucedieren en adelante en dichos empleos. Y suplica este cabildo en nombre de esta Cofradía el Sr. Proviso de la ciudad de Plasencia se sirva de mandar hacer esta agregación que de ella hacen…
 
Por fin el día 26 del anterior mes y año se recibe la aprobación que se reseña:
 
“En la ciudad de Plasencia en 26 días del mes de Abril año de mil setecientos y treinta y uno el Sr. Dr. Don Alfonso Suárez Cabezas, abogado del Real Consejo, Provisor y Vicario General de ella y su Obispado por el Ilmo. Rvmo. Sr. Don Fray Francisco de la Vega X Córdoba X Obispo de él, del Consejo de su Majestad; habiendo visto los dos acuerdos que están en este libro hechos en los días 26 de Marzo y ocho del corriente mes y año, el primero por el Cura Rector, eclesiásticos y otras personas devotas y el segundo por los cofrades de la Cofradía de la sagrada Vera Cruz del lugar de Casas de Millán ante mí el Notario dijo:
 
Que mediante la agregación de las imágenes y aceptar así mismo la carga de cuidar de ellas aprobaba y aprobó su Merced confirmaba y confirmó dicho acuerdo ejecutado por el referido Cura y devotos en el expresado día 26 de Marzo y daba y dio licencia para que ejecute lo que contiene con tal que el paso del Descendimiento según el rito por sacerdotes, revestidos de sobrepellices y estolas negras o moradas, con la mayor veneración; y en adelante los cofrades que son y fuesen observan y guarden en todo y por todo cuanto expresa dicho acuerdo, como en él se contiene, que por este su auto de aprobación así lo proveyó, mandó y firmó.
 
Firma Dr. D. Alfonso Suárez Cabezas.”
 
La Cofradía del Descendimiento pues, está constituida. Ya tiene aquellas personas que se encargarán, aunque son cofrades de la Vera Cruz, de la limpieza y adecentamiento de las imágenes y procesión y que son Francisco Escribano y Juan Sánchez Corral. En un cabildo posterior del 10 de Agosto de 1632 se les ratifica para que continúen otro año. Igualmente se hace con Lic. D. Miguel Rosado.
 
Ya tenemos aclarado un poco la presencia de las imágenes del Cristo del Sepulcro y la Dolorosa, que actualmente se conservan en S. Ramón.
 
Pero queda una duda que aún no se ha podido aclarar: ¿se construyó S. Ramón para albergar dichas imágenes, pues en el primer momento se dice que “pueda tenerla en esta iglesia dichas imágenes y siendo preciso el colocarlas en ella en el lugar más cómodo y que así el Cabildo determine el sitio.”? ¿Los nichos que actualmente vemos, se hicieron desde el primer momento o han sido obra posterior?
 
Lo digo porque en 1742 se indica: cabildo de 5/08/1742
 
Así mismo determinaron los señores de dicho Cabildo que la procesión que se hace el viernes santo después del Descendimiento se comience saliendo por la puerta pequeña y vaya por la calle abajo a dar al Llano Hidalgo y de allí vaya arriba a dar a la plaza de donde irá a S. Ramón entrando por una puerta y saliendo por otra quedando al mismo tiempo las imágenes colocadas en sus sitios y de allí se continuará la procesión hasta la iglesia; y en esta conformidad lo decretaron sus mercedes, de que doy fe.
 
Esta nota nos aclara que la puerta que actualmente está tapiada en S. Ramón fue durante tiempo entrada y salida de procesiones.
 
Pocas cosas reseñables nos quedan de esta Cofradía, a no ser los 85 reales a un maestro pintor por dar de barniz la cruz e imagen del Smo. Cristo de esta Cofradía año 1799.
 
O las advertencias que hace el nuevo Cura Rector de la parroquia porque ha habido un tiempo en que no se han dado las cuentas de la Cofradía.
 
Las procesiones que dependían de la cofradía eran una, que un domingo al mes, tenían que hacer alrededor de la iglesia, la procesión del jueves y viernes santo, la de la mañana de Pascua y en el día de la Ascensión.
 
Referente a la cofradía nada reseñable para nuestras intenciones, sino que termina de hacerse actas de cuentas o cabildo en 1875. ¿Cuándo y cómo desaparece tanto la cofradía de la Vera Cruz como la del Descendimiento? Por ahora no se sabe.

lunes, 6 de agosto de 2018

Cofradía de la Vera Cruz

En otro lugar se ha indicado, que dentro del concepto de hermandades o cofradías, se implicaban aquellas asociaciones cristianas que veneraban reliquias. Muy extendida estaban las hermandades o cofradías de la Vera Cruz.
 
En principio sus comienzos se remontan a la veneración que se tuvo a la Cruz Verdadera donde fue crucificado Jesús de Nazaret y que se descubrió en tiempos de Santa Elena, la madre de Constantino.

Dice la leyenda que cuando se descubrió aparecieron las tres que estuvieron ese día en el Calvario. Para ver cuál de ellas era, Santa Elena hizo traer un muerto que tocó las cruces, y al tocar la verdadera resucitó. Esta era la VERA CRUZ.
 
Las hermandades de culto de la Verdadera Cruz se engendran en un determinado estamento social. Este tipo de Cofradías es calificado por algunos historiadores, de estructura horizontal y de clase. Así tenemos el ejemplo de la de Sevilla, que se constituye para conmemorar el hallazgo en Jerusalén de la Verdadera Cruz del Redentor, estableciendo la pureza de sangre a sus hermanos hasta varias generaciones anteriores.
 
Durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, las cofradías de la Vera-Cruz, desarrollaron su vida de culto y beneficencia con normalidad y brillantez.
 
No sabemos cuándo se constituye la de Casas de Millán, pero sí podemos decir que a finales del siglo XVI, concretamente en 1597, aparecen las primeras actas de los cabildos o reuniones y cuentas referentes a dicho año, según consta en el libro 1º de la Cofradía. Es de suponer que estaba constituida con anterioridad, aunque sin consignar por escrito las reuniones y nombramientos correspondientes, o se han perdido.
 
Precisamente en una de las actas de reunión del día 20 de septiembre de 1674 consigna que hay que renovar la Santa Imagen del Cristo Crucificado, por estar maltratado, al mismo tiempo que se haga un nicho de cal y ladrillos en el altar del Santo Cristo, apremiando a los alcaldes a que si no lo hacen se les pone una sanción de mil reales de pena a cada uno.
 
No debieron realizar lo acordado, puesto que no pasado mucho tiempo refieren en una de sus reuniones, que:
 
“… considerando los lugares más convenientes para trasladar y poner el Santo Crucifijo por estar su capilla quebrada y mal dispuesta y que esté con más decencia y veneración, acordaron que el lugar donde está el Santo Cristo Resucitado se disponga y haga la obra sobre dicho y así mismo acordaron que se ha de hacer otra imagen nueva y que los oficiales miran y vean si hay dineros para todo y si no haya repartimiento por los cofrades para lo que dichas (obras) se hagan…
 
Parece verosímil, que la actual capilla de la izquierda del presbítero, es el lugar de que se habla, y que el nicho sea el que actualmente ocupa el Cristo.
 

Es curioso cómo, en el mismo cabildo, por no haber los cofrades de la cofradía conseguido lo propuesto en un cabildo (anterior), la pena de los mil maravedíes si no renuevan la imagen del Santo Cristo y les exigen que por vía de conformidad paguen seis reales.

Todo lo anterior nos está indicando la antigüedad, tanto de la imagen como del nicho, pues no suele una imagen deteriorarse tan fácilmente, ya que ésta solía ser una talla que dura mucho.
 
También los párrafos anteriores son un reflejo de la seriedad y compromiso que los cofrades tenían con su cofradía, pues las penas que se imponían son cuantiosas, indicativo de los componentes, dado que, aunque los cofrades ordinarios fueran gente relativamente humilde, los mayordomos y dirigentes no lo parecen.
 
Otra indicación del interés de los cofrades por su Cofradía es que pronto aparecen la confección y compra de  una lámpara de plata. El alumbramiento de la imagen es muy normal en esta época, pues en todas las reseñas que se tienen de la contabilidad, aparecen el aceite y la cera como gasto, a veces bastante cuantioso.
 
Por fin, debió realizarse la obra, pues en 1689 aparece una nota sobre gastos de obra, aunque no se da reseña del pago al maestro de dicha obra.
 
No es inverosímil que la capilla se levantara sobre alguna más pequeña que la actual, pues hay que tener en cuenta que hace relativamente poco tiempo que se había levantado la capilla mayor, terminada en 1666.
 
Lo que sí consta son los varios importes de materiales que se usaron:
 
“Gastos mandados de labra de la capilla peonadas y saca de piedras: más se le pasan en cuenta ciento ochenta y tres reales que gastó en sacar la piedra para la capilla, jornales de los que fueron a escoger la piedra y lo que costó la piedra que se juntó y acarreo de la piedra, dos presentes que se hicieron con acuerdo de todos los alcaldes de la cofradía…”
 
Más se le pasan en cuenta quinientos quince que aportaron. Las arrobas de cal que trajeron algunos vecinos particulares de las partidas que les estaban repartidas en el repartimiento de que ha hecho mención en el cargo y qué cantidades y personas consta de dicho libro de gastos en cuya virtud se le pasa.
 
Más se le pasan en cuenta ochocientos noventa y dos reales que costó la madera que se compró nueva para dicha obra a Sebastián Mateos y compañeros vecinos de la villa de Serradilla
 
Mas se le pasa en cuenta mil cuatrocientos cuarenta y nueve reales y veinte maravedíes por los mismos que se debían a Domingo Sánchez, Alonso Gil, Juan Marín y Alonso de Paredes, todos vecinos de este lugar, de la cal que debajo de postura trajeron para dicha costo del asentamiento de dicho mayordomo y cuenta que tenía de dicha cal con los susodichos.

Más se le pasan cuatrocientos cincuenta reales por los mismos que pagó a los maestros de hacer tejas y ladrillos de los que hicieron para dicha obra y el gasto de conducirlos desde el tejar a la iglesia. Va entrado en  la partida de gastos por mayor.
 
Más se pasan en cuenta quinientos sesenta y un reales por los mismos que pagó a Pedro Gómez Cordero, Juan García y Pedro Fernández Barco de su trabajo de acarrear la madera del río, piedra del Berrocal y del Palomar.
 
Solamente la suma de todo lo anterior nos da un total de 4.050,20 reales, suma que nos da idea de que se hizo lo que se llama actualmente la capilla.
 

Conviene también consignar que hubo una aportación para la obra por parte del Sr. Obispo: de los mil reales de limosna que su (señoría) dio para dicha obra… a la persona a quien el dicho mayordomo dejó encargado la solicitud para que se hiciese la imagen en dicha villa de Madrid y la costa que tasó de traer la imagen, como todos los costes del libro de gastos que presentó escrito en tres hojas medio de pliego entero que se le mandaron pasar.
 
Con posterioridad a las obras de la capilla se hace un nicho para la imagen del Resucitado cuyo importe en cal supuso 96 reales. Ello en 1680:
 

Pago de cal para hacer el nicho de la imagen del Cristo Resucitado. 96 reales Año 1680.
 
Mientras se hace la obra, probablemente se está tratando de renovar la imagen del Cristo. Por los datos que se tienen en los libros la imagen se hace, pues se queda escrito que:
 
“Hechura de imagen: más se le pagan en cuenta mil doscientos reales que pagó por la hechura del Santo Crucifijo a Juan Ruiz, vecino de la villa de Madrid, de que exhibió recibo.”
 
Y así mismo… esta partida de costa de… y hechura de la reja y ventana y la de sogas capazos y otras cosas que fueren necesario para dicha obra 2,183 reales.
 
Otra necesidad acometida durante estos años es la imagen del Santo Cristo que se lleva a los entierros y que la realiza Francisco Flores, vecino de Brozas, por la que se pagaron ciento cuarenta reales.
 
Hacia los años finales del 1600 está la Cofradía bien situada. Dispone de bienes, que están escriturados, al mismo tiempo que ya se consigna el inventario de todo lo que tiene.

martes, 24 de julio de 2018

La Cofradía de San Antonio Abad

Por la vinculación con que veremos se encuentra la ermita de S. Ramón y la Cofradía de S. Antonio Abad, se deja constancia en este capítulo lo referente a ésta última. Hoy día sigue en la manifestación de fe en la fiesta de S. Antonio o Antón, que ha quedado vinculada a la Cofradía de Nuestra Señora de Tebas.

Es curioso cómo, casi siempre, las manifestaciones religiosas en las Parroquias vienen desde la base, donde se vive la vida con las alegrías y penas de la misma. Sienten su dependencia filial de Dios y de sus hermanos que han sabido ser espejos de ese Dios, los Santos.

Una vez más se manifiesta en la institución de esta cofradía que con anterioridad, como dice en la petición de aprobación episcopal, “ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad.” 

Para satisfacer la curiosidad de los “casitos” presento la petición o demanda para la constitución de la Hermandad de S. Antonio Abad. Nos encontramos en el año 1793. 

Copia de la representación hecha por el Cura, Justicia y Regimiento de este lugar de Casas de Millán al Ilmo. Sr. D. Josseph González Laso, Santos de San Pedro, y a su continuación el decreto y aprobación de su Sría Ilma.

Ilmo. Señor
Señor,
El Cura, Justicia y Regimiento del lugar de Casas de Millán, puestos a los pies de V.S.I. con todo respeto decimos, ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad. Cada año en su día, y pedir en él limosna para el Santo, la que pagados ochos reales al Cura, y dos al sacristán por sus derechos, recogían los religiosas de dicho Santo de la Casa de Salamanca. Con motivo de haber faltados éstos, acordó este ayuntamiento con el Cura se continuase celebrando la misa, y haciendo el petitorio en los mismos términos con el fin de que no extrajesen del pueblo las limosnas mediante, ser las más de ellas mandas, que hacen al Santo los fieles en las enfermedades de los animales, y con el de traer una imagen del Santo para colocarla en esta Parroquia, en atención a ser grande la devoción, que estos vecinos le profesan; para cuyo efecto se nombró recaudador de las limosnas a D. Gregorio Marcos de la Vega Pbro. Entretanto que venía la Sra. Visita, en la que haciéndose presente el Sr. Visitador determinase lo que fuese de su agrado. Pero con motivo de hallarse ausentes de este Pueblo cuando V.S.I. vino a hacerla uno de los alcaldes y otro de los regidores, no se pudo hacer esta representación con la formalidad debida. Por lo que recurrimos ahora a la autoridad de V.S.I. suplicándole lo primero: Que se digne conceder su permiso para continuar con dicha demanda en los términos que hasta aquí se ha practicado, continuando con la recaudación de las limosnas dicho Don Gregorio y nombrando en lo sucesivo por Recaudador de ellas a un ecónomo u otra persona de satisfacción. Lo segundo: que se compre un libro en que se asienten éstas, y se lleve cuanta formal de su inversión que se dará en santa Visita. Lo tercero: que se digne V.S. I. dar su permiso para que se encargue una imagen del Santo de buena escultura, y se coloque en esta Parroquia, la que acaso podrá facilitarse en Madrid, de lance y conveniencia. Y lo cuarto: que comprada la imagen se predique sermón a honra y gloria del Santo además de la misa en cuyo culto, y no en otra cosa deben invertirse las limosnas con que contribuyan las fieles. Esperamos esta gracia y merced de V.S.I. cuya vida pedimos al Señor conserve dilatados años. Casas de Millán, Julio veinte y seis, de mil setecientos noventa y tres.

Ilmo. Sr. B. L. P. de V.S. I. sus más atentos servidores Francisco Gutiérrez Garay; Juan Fabián, alcalde; Jerónimo García, alcalde; Por Jacinto Fabián y Gregorio Roncero, regidores, Manuel Julián González; Por mandato de este Ayuntamiento, Mateo Marcos de la Vega. 

Es curioso el dato que se expresa de que las limosnas las “recogían los religiosas de dicho Santo de la Casa de Salamanca.” ¿Por qué esta vinculación con una ciudad que estaba tan lejos? ¿Podía ser alguna institución más cercana?

No podía por menos que aprobarse tal petición por parte del Sr. Obispo. Por ello, si en Julio se hace la petición, en Agosto llega el decreto de constitución. 

DECRETO. Casa de Campo y Agosto siete de mil setecientos noventa y tres.

Aprobando el buen celo y devoción de los suplicantes  para con San Antonio Abad, y accediendo a su solicitud concedemos nuestro permiso para la continuación de la demanda y colectación de las limosnas que los fieles ofrecieren para culto del Santo lo que se pondrá al cuidado de persona de toda satisfacción, y probidad, con preferencia siempre un clérigo, si lo hubiere, continuando por ahora en este cargo D. Gregorio Marcos de la Vega, Presbítero, de Casas de Millán, llevándose la debida cuenta y razón para darlas en las santas Visitas, a cuyo fin se formará libro de asiento, en el que se haga de la entrada de limosnas y los gastos dirigidos únicamente al culto de dicho Santo, para el cual concedemos el que se facilite su imagen, colocándola en la Iglesia Parroquial de dicho pueblo para la veneración de los fieles; y que en la fiesta se predique sermón como desean. Lo decretó, mandó y firmó S.S.I. el Obispo mi Señor. Josseph, Obispo de Plasencia: Por mandato del Obispo mi Señor Manuel Antonio de León. 

Pero por razones que no llegamos a deducir, lo imagen no puede estar en la iglesia parroquial, para la que se había pedido. ¿Pudo ser mayor cercanía a la gente, puesto que al pueblo había ido extendiéndose hacia el Sur y la iglesia quedaba más lejos? Pudiera ser. ¿Fue porque al no tener ingresos propios la ermita, como ya hemos indicado, se empleasen los de S. Antonio para el mantenimiento de la ermita? El caso es que en 1800 se pide el cambio de ubicación de la imagen. Imagen que da la sensación, que un poco abandonada en dicho S. Ramón, aún sigue, puesto tenemos constancia de la duplicidad de imagen en Tebas. 

“A representación hecha por mí el infrascripto Cura Rector de la Parroquial de esta parroquial de Casas de Millán al Ilmo. Señor D. Don José González Laso Santos de San Pedro del Consejo de S. M. y dignísimo Obispo de la ciudad de Plasencia en solicitud de que la imagen del Sr. San Antonio Abad se coloque en la ermita de S. Ramón y el sobrante de las limosnas que ofrecieren los fieles pagados los gastos de la función se invierta y sea para los reparos de dicha ermita, me dirige S.S. I. la carta que copiada a la letra dice así:

“Muy Sr. mío: convengo y doy mi permiso para que la imagen de S. Antonio Abad, mandada colocar en esa iglesia parroquial lo sea en la ermita de San Ramón y que el sobrante de las limosnas ofrecidas a aquel Santo, pagados los gastos de su función anual, se inviertan en la conservación y reparos de la ermita de éste;  por la utilidad que puede ocasionar al Pueblo, con arreglo a este nuevo destino se inspeccionará la inversión de las limosnas por las Stas. Visitas.

Casa de Campo y agosto de mil y ochocientos…” 

Como, aunque no tenían tan fácil las comunicaciones como en nuestros tiempos, las cosas de palacio no iban tan despacio, esto también se resolvió pronto. Casi en el mismo mes. Hace notar el Párroco que: 

“me dirige S.S. I. la carta que copiada a la letra dice así:

“Muy Sr. mío: convengo y doy mi permiso para que la imagen de S. Antonio Abad, mandada colocar en esa iglesia parroquial lo sea en la ermita de San Ramón y que el sobrante de las limosnas ofrecidas a aquel Santo, pagados los gastos de su función anual, se inviertan en la conservación y reparos de la ermita de éste;  por la utilidad que puede ocasionar al Pueblo, con arreglo a este nuevo destino se inspeccionará la inversión de las limosnas por las Stas. Visitas.

Casa de Campo y agosto de mil y ochocientos… 

Ya tenemos respuesta al por qué hay una imagen de San Antonio Abad en S. Ramón. Que por cierto no siempre estuvo en el altar del cuadro de la Virgen, pues consta que estuvo en el de la Dolorosa.

Si nos preguntábamos por la aportación que la Cofradía podía suponer para S. Ramón, no debía ser poca, pues consta que había bastante chacina e incluso algún lechoncillo.

Como hemos hablado de la imagen de S. Antonio, podemos dar algunos datos referentes a ella. Por ejemplo: 

“Lo son setecientos reales que costó la imagen de Sr. San Antonio Abad que con licencia del Sr. Obispo se hizo en Salamanca para colocarla en esta parroquia en el año de mil setecientos noventa y cuatro, la que se bendijo por el Sr. Cura de esta iglesia con licencia que le dio S.S. I.  700 rls.” 

Se emplearon 28 reales en el embalaje para traerla al pueblo, mas 18 de una tarrafa y tornillo. Y eso que quien se encargó de traerla lo hizo de limosna. Hubo que pagar 10 reales por dos pares de perdices que se dieron de regalo al que encargó al escultor la hechura de la imagen.

Y como la imagen no podía quedar sin nada encima, se desembolsaron 160 reales para una diadema que la adornara.

Por curiosidad, y como cumplimiento de lo que se decía del mantenimiento de S. Ramón, se hizo una cajonería, que puede ser la actual, aunque muy rehecha y destartalada, que tuvo un importe de: 315,23 reales. Aportando también la mitad  del importe de un cáliz para S. Ramón y S. Sebastián 341,50 reales.

Aunque es verdad que la cofradía debió terminar por el siglo XIX, la devoción en el día de su fiesta ha continuado hasta nuestros días.

Por el año 1930, la fiesta se celebraba de la siguiente manera: 

La fiesta de S. Antón según costumbre de esta parroquia se hacía de la manera siguiente.

Unos días antes del 17 de Enero festividad del Santo los mayordomos y algunos amigos recorren el pueblo por la noche, casa por casa, pidiendo limosnas para el Santo.

Antiguamente se recogía mucha cecina, que se vendía por el Mayordomo para los gastos de la fiesta. También se colectaban limosnas en dinero y otras especies.

Como el patrón era S. Sebastián día 20 de Enero, para que estas fiestas no se perturbasen la una a la otra se celebraba la de S. Antón un domingo o dos después de la de S. Sebastián.

Como el infrascrito Cura, conociendo que estas fiestas se estorbaban la una a la otra, acordó celebrar la fiesta de S. Antón el 2 de Febrero, festividad  a la vez de las Candelas por ser días en que va mucha gente a la Parroquia y se vio la idea coronada por el mayor éxito.

La fiesta se hace de la manera siguiente. El día 1 por la noche o el 2 por la mañana se lleva el Santo a la parroquia, para cantar la Misa, que sirve a la vez para las Candelas; se predica del Santo y después de Misa se le trae en procesión hasta su ermita de S. Ramón, en cuyo altar mayor, en su hornacina, al lado del Evangelio está colocado el Santo.

A la puerta de la ermita se subastan los brazos de las andas para la entrada del Santo y se adjudica al que dé más limosna por cada brazo: Una vez dentro de la ermita, se subasta el Santo para subirle a su urna y también se adjudica al que ofrece más dinero para subirle y terminado este acto se termina la fiesta.

El Cura Párroco: Modesto Rodillo. 

La evolución de las cofradías a lo actual nos lo relata D. Modesto Rodillo Gil: 

“Al hacerme de esta parroquia como Cura Rector de ella observo que los nombramientos de mayordomos (a lo que han quedado reducidas las antiguas cofradías) en esta parroquia del modo siguiente:

Un cabildo parroquial denominado así de tiempo inmemorial y compuesto del Párroco, Alcalde y Ayuntamiento en pleno y Juzgado en pleno, se reunían después de Misa mayor en la casa parroquial una vez el día 2 de Febrero, festividad de las Candelas para nombrar los mayordomos de Ntra. Sra. de Tebas, de S. Sebastián, del Señor o Corpus Cristi, de S. Antonio Abad, y el mismo Cabildo tenía otra reunión el día de la Virgen de la Asunción para nombrar los mayordomos de la Virgen del Rosario y Cristo Resucitado, cuyo nombramientos se hacían por nombramiento directo del Cabildo, después de pensado y discutido y convenido la adjudicación a personas solventes y religiosas.

Esta norma de nombrar mayordomos producía quejas en el vecindario, porque había personas y aun familias que nunca desempeñaban estos cargos, y otras los tenían en sus casas y familias con frecuencia.

Para evitar este inconveniente el infrascrito Párroco, consultado el Cabildo, dispuso que dicha reunión se tenga una sola vez cada año el 2 de Febrero y que los nombramientos se hagan por sorteo habido entre las 60 personas más hábiles y pendientes, existentes en la feligresía.

Casas de Millán 1º de Enero de 1930. El Párroco Modesto Rodillo. 

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Las ermitas de S. Juan y Santa Lucía, fuera de lo que hasta ahora  se ha dicho no tenemos más datos.

Únicamente en un pequeño párrafo de un libro de visitas se dice que: 

Las dos ermitas de S. Juan y de Santa Lucía sitas en este lugar y su ejido sólo tienen un Mayordomo y su libro de cuentas de los costos, haberes y rentas que tienen y sus gastos anuales el que se reconoce por los señores visitadores de este Obispado y en su visita mandan lo que justo les parece.