martes, 2 de octubre de 2018

La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (I)

No quisiera empezar este capítulo, sin hacer referencia a que Fray Enrique Escribano González, “casito” le dedicó un artículo en la revista del Monasterio de Guadalupe, mirando especialmente las Ordenanzas.
 
Es primeramente interesante ver la historia de las cofradías de la Virgen del Rosario.
 
Las Cofradías del Rosario, nacidas a fines del siglo XV a iniciativa de Fray Alano de la Roca, formalizan definitivamente el rosario, de honda tradición monástica, y lo trasvasan al ámbito urbano, creando un asociacionismo seglar en torno a los conventos de la Orden Dominicana.
 
La Cofradía adquiere mayor arraigo entre la población en la segunda mitad del XVI, siendo un hito trascendente la victoria naval de Lepanto (1571). Tras ella, el instituto de las cofradías establece las denominadas fiestas mensales (mensuales) con misa solemne y procesión claustral los primeros domingos, y obligación de confesar y comulgar, siendo la principal la de octubre, también denominada de la «Batalla Naval» conmemorativa de Lepanto y dedicada especialmente a la Virgen del Rosario, con función, panegírico, música y procesión pública por la feligresía con la imagen. Se celebraron en la festividad de la Purificación.
 
Enseguida llega a la parroquia de Casas de Millán, donde aparece en 1569, y es cuando da comienzo el libro que recoge las actas de los cabildos, aunque sus ordenanzas se aprueban posteriormente.
 
¿De dónde viene la influencia de las Cofradías  en Casas de Millán?
 
La influencia dominicana a este pueblo puede venir del convento de la Fuente Santa de Galisteo.
 
Es un convento que estuvo situado al sur de la población y que fundaron los condes de Osorno, que posteriormente desapareció con la revolución francesa en 1811, aunque también hubo bastante desidia por parte de los mismos dominicos.
 
De hecho en el encabezamiento de la aprobación de las Ordenanzas de la Cofradía de Ntra. Sra. de Casas de Millán aparece Fray Lorenzo de Almaguez, Prior del convento antes mencionado. Así aparece:
 
“Yo Fray Lorenzo de Almaguez, Prior del convento de la Fuente Santa de Galisteo, acepto y apruebo todas las ordenanzas que hay en este libro de los cofrades del Rosario de las Casas de Millán, y nombro por capellán de la dicha cofradía al bachiller Juan Gutiérrez de Paz.”
 
Al depender de la Orden de Predicadores las Cofradías, y estar bajo su organización y cuidado, nos podemos explicar fácilmente la presencia del escudo de la Orden en el rosetón del altar que se llama de la Virgen del Rosario, hoy dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Posteriormente se verá el cuándo se construyó.
 
Debía estar muy arraigada la costumbre del rezo del Rosario en el pueblo, pues se podría decir que la casi totalidad del pueblo se inscribe en la Cofradía. Prueba de ello es que se indica en una ordenanza:
 
Y porque en este lugar se solía decir cada sábado una misa cantada a Nuestra Señora, queremos que se diga y que la devoción no se pierda, la cual misa a de ser por todo el Pueblo pues todos son cofrades, y también por todos los difuntos.
 
Son, en muchas ocasiones, los componentes de la familia en conjunto los que se apuntan. Así lo muestra la primera inscripción de cofrades que contiene el libro 1º de la Cofradía.
 
Además como consta en su segunda ordenanza:
 
“Ordenamos que en este santa Cofradía puedan entrar cuales quier personas de cualquier estado y condición que sean, ora sean grandes ora pequeños, ora hombres, ora mujeres sin obligación a pagar cosa alguna por la entrada.”
 
Es muy importante cual es la finalidad de esta Cofradía, cosa que nos indica el aprecio por lo espiritual que se tiene en aquellos tiempos y la fe que profesan públicamente en la “comunión de los santos”.
 
“Que cualquier cofrade participe de todos los bienes espirituales, de oraciones, ayunos, limosnas y disciplina y misas que se dicen y hacen en toda la cristiandad por todos los de esta santa Cofradía, que son cofrades, y los reverendísimos Generales de la Orden de Santo Domingo les hacen partícipes de todas las buenas obra y bienes, oraciones, ayunos, disciplinas, predicaciones, sacrificios, limosnas que se hacen en la dicha Orden por todos los frailes y monjas de ella.”
 
También tienen sus obligaciones y como principal el rezo del santo rosario:
 
Queremos que cada cofrade rece cada semana a lo menos un Rosario entero, que son quince Pater noster, y ciento cincuenta Ave Marías Rezando con cada Pater Noster, diez Ave Marías.
 
Pero si el tal cofrade estuviere enfermo o tuviese otro legítimo impedimento para no poder rezar el Rosario, lo pueda hacer rezar a otro y tanto le valga cuanto a la participación de los bienes espirituales de la Cofradía como si él mismo lo rezase.
 
Otra de las obligaciones que tiene, queda especificada en la ordenanza 8ª
 
Ordenamos que la fiesta principal y advocación de esta santa Cofradía en este pueblo sea el postrero domingo de agosto, en la cual fiesta todos los cofrades no impedidos sean obligados a hallarse a las primeras vísperas teniendo velas encendidas, a la Magnífica y oración…
 
Y como no podía faltar:
 
“…que aquel día se haga una solemne procesión: llevando la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus andas por las calles do es costumbre andar la procesión del Santísimo Sacramento y que todos los cofrades lleven de su casa, cada uno, una candela encendida en la una mano, y en la otra el Rosario y que todos vayan rezando con mucha devoción y sosiego”
 
Hay una característica, común a casi todas las cofradías, reflejo de la alegría que tanto necesitan los cristianos en todo momento y es la fiesta. Con frecuencia se tiñe de melancolía y tristeza la fiesta cristiana, sobre todo en nuestras culturas clericales, pero que no es así en el pueblo sencillo, ni en todos los tiempos. Observamos que en las ordenanzas también se refleja:

“…que si hay posibilidad y el pueblo es grande, que este día se hagan todas las fiestas y regocijos que es razón se hagan en alabanza y honor de la santísima Madre de Dios, para que como en el día del Corpus Cristi es alabado el Hijo en este sea alabada la madre con danzas y autos y otras fiestas posibles.”
 
“…que se han de prevenir con tiempo para este día de la fiesta encargando con tiempo los autos y representaciones a los que mejor salieren con ella y las danzas ni más ni menos ayudándoles los oficiales de la Cofradía en todo lo que pudieren conforme a su posibilidad, sin que haya juramentos, blasfemias, maldiciones u otra cosa que no huela a caridad.”
 
Y terminamos esta introducción al desarrollo de la Cofradía haciendo constancia que las 23 ordenanzas fueron no solamente aprobadas por el superior del Convento Dominico de La Fuente Santa de Galisteo, sino que conlleva la aprobación del Obispado de Plasencia:
 
“Nos Dr. Don Juan Quijada de Almaraz, visitador General Por su A. Don Fray Enrique Enríquez, Obispo de Plasencia del Consejo de su Magestad Real, habiendo visto que las reglas ordenanzas y constituciones de la Cofradía de Nuestra Señor del Rosario, de lugar de Las Casas de Millán y por ellas consta por justas y moderadas, por las presentes la confirmamos y aprobamos…”
 
Datos históricos sacados de los libros correspondientes a la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario

Nos situamos hacia mediados del siglo XVII. Se puede deducir fácilmente que la cofradía lleva un tiempo funcionando, ya que entre los primeros gastos que se consignan nos encontramos con la aportación de doscientos reales para una imagen del Niño Jesús.
 
En dicha cofradía, como se estipula en las Ordenanzas, no hay impedimento para nadie en apuntarse en ella. Por eso aparecen clérigos, casi todos naturales de aquí, como Lic. Miguel Rosado, cura de Grimaldo. Lic. Matías Gil y el Lic. Juan Santos y el Lic. Francisco Gil Íñigo.
 
Quiero hacer notar la calidad de dichos clérigos, pues todos ostentan el título de licenciados.

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