lunes, 15 de octubre de 2018

La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (y II)

El Retablo

Al irse incrementando los caudales que como limosna, puesto que no hay cuotas a los cofrades, se trata de mantener el retablo, que ya debe llevar tiempo, y tiene deterioros. Así, en el cabildo del  16/05/1677: Se hace propuesta de lucir el tabernáculo de Ntra. Sra. del Rosario
 
Y en el Cabildo del 23/05/1677. Dice textualmente:
 
“… han buscado persona que renueve dicho tabernáculo pintando y dorando todo lo necesario y que la última estimación que por ello pedía el maestro era de dos mil cien reales, con otros retenes que por todo importaba más de dos mil doscientos reales, que viesen si convenía el proseguir con dicha obra y de donde se había de satisfacer. Acordaron que dichos oficiales prosigan y fenezcan a quedar pintado y dorado dicho tabernáculo y demás adornos necesarios y para la satisfacción dicho oficiales pidan limosna graciosa por el lugar, y para los que faltare, en especial vendan el novillo que dicha cofradía tiene y generalmente se valgan de los bienes que tiene dicha Cofradía según en la forma que lo aprobó dicho cabildo”
 
Esto ya nos da idea del aprecio que tenían para con la Virgen del Rosario.
 
¿Se realizó dicho proyecto? Parece ser que sí, pues tenemos algunas partidas que constan en los cabildos para sufragar el costo.
 
Reunir dinero para el pago tuvo sus dificultades, puesto que vemos que se hacen peticiones en distintas direcciones. Así, nos encontramos con que en el año 1677 en las cuentas de cargos aparecen 21,532 maravedíes “que importó la limosna que dieron los vecinos para renovar el tabernáculo de Nuestra Señora… y 3 fanegas y 3 celemines de trigo que así mismo se juntó”
 
Así mismo en las cuentas de dicho año el mayordomo hace constar que:
 
Ha recibido 10,438 maravedíes “que así mismo me dieron de limosna los que se juntaron en cabildo para ayuda a dorar el retablo en los que van incluidos 48 reales que dieron los paramentos”
 
La cantidad de 11,594 maravedíes que valieron los granos que le entregó Diego Rosado en el ofertorio de doña X  para ayuda a la costa del retablo”
 
Como en todas estas situaciones hubo que hacer arreglo de una cantidad que debía aportar la Cofradía a un convento de Garrovillas. Dice textualmente:
 
“Se le cargan 34,000 maravedíes por los mismos que en conformidad del acuerdo que se acordó en cabildo se tornaron a censo del convento de monjas de la Salud de la villa de las Garrovillas para ayuda a limpiar el retablo con advertencia a que la dicha Cofradía  pague del principal y los réditos”
 
Estos caudales no bastaron para pagar las distintas faenas que se realizaron en el retablo, puesto que nos encontramos, que debieron empeñarse en alguna cantidad, ya que 630 reales van a parar para el pago de lo que se debía. Nos encontramos en el año 1679, es decir dos años después de las aportaciones anteriores.
 
Cabildo del 31/12/1679
 
“.. el tabernáculo de Ntra. Sra. el año pasado del 77 y que se presenta Diego Gil Rubio, vecino de este lugar ha redimido a dicha Cofradía el principal de 620 reales que determina de lo que debía a hacer la una y otra cantidad en consideración que dicha Cofradía no tiene caudal para pagar el empeño que tomó para el adorno de dicho tabernáculo, acordaron que se ¿use? El depósito hecho por parte de Diego Rubio y con él y el demás caudal que dicha Cofradía tiene o adelante hubiere, se junte al principal de dichos mil reales y los demás réditos que se debieren hasta el día de la redención…”
 
La cuestión del endeudamiento viene reflejada porque si el arreglo valía unos 2,200 reales, las cantidades que costa se pagaron, quedan lejos de dicho montante.
 
Así, se pagaron 82,178 maravedíes que costó el dorar el retablo, y que en dicha cantidad va incluido lo que costó traer y llevar al maestro, que era de la villa de Cáceres. Igualmente por madera y unas piezas que le faltaban.
 
También tuvieron que pagar “11,129 maravedíes que costó el hacer y la madera del quita-polvos que se puso sobre el retablo”
 
Para rematar el altar hubo que hacer un frontal, por el que se pagaron  5,644 maravedíes
 
Así pues, todo ello nos está indicando que dicho retablo es anterior a estas fechas, puesto de lo que  se trata es de arreglar y dorar dicho retablo.
 
No olvidemos que con frecuencia se hacían retablos cuyo costo era elevado y que se dejaban a madera vista. El dorado en algunos se hacía con posterioridad.
 
Parece ser, que, cuando se termina toda esta obra del retablo, se encuentran con una dificultad. ¿Qué hacer con el retablo anterior? La solución las encontramos en un cabildo del año 1730
 
“Y dijeron que por causa de haberse hecho para la imagen de Ntra. Sra. del Rosario un retablo de talla, de las limosnas que se juntaron por el lugar, se hallaban con el que tenía dicha imagen antes, deteriorado y viejo, que viese dicho cabildo que se había de hacer de él, o si se había de vender o darle a algún a otra imagen que lo necesitase, a la cual proposición unánimes determinaron y dijeron diese dicho retablo a la ermita de la Santa Marina por necesitarlo para la imagen de la Santa y el que tiene ésta se dé a Santa Lucía, deseando el menor adorno para dichas imágenes y que del caudal que tiene santa Marina se den 100 reales para ayuda de dorar el dicho retablo de Ntra. Sra. a todo lo cual ha de preceder licencia del Sr. Provisor, principalmente por lo que toca a las 100 reales que ha de dar la ermita de santa Marina, pero si no se alcanzase dicha licencia, entonces se le hace de parte de esta Cofradía donación de dicho retablo a la Santa, sin que por él pague nada”
 
Se concedió dicha licencia
 
Esta fue una gran obra para aquellos tiempos. Pero, sin salirnos del tema del retablo, tenemos que consignar, que todas las cosas se deterioran. Por ello en el año 1765 hubo que hacer una nueva reparación que ciertamente no supuso un coste tan elevado, porque se pagaron “76 reales que costó componer el retablo de Ntra. Sra. a toda costa”
 
La Imagen
 
La actual presentación de la imagen de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, no debió ser la original, aunque queden restos de ella. En estas cuestiones, como otras de la vida, se imponen las modas.
 
Hacia finales del siglo XVII y XVIII junto a la esplendidez de las artes del gótico y las cofradías aparece el gusto por lo ampuloso, que da paso a las imágenes vestidas. Muchas de estas imágenes son tallas del gótico e incluso de románico a las que hay que mutilar, cabeza, brazos y pies y ponerles un bastidor. Otras son bastidores con los  dichos miembros ad hoc como soporte de los vestidos o mantos.
 
Muchas de estas imágenes han llegado hasta nuestros días, así conmueven el sentimiento de las gentes, a la vez que satisfacen en no pocos casos, la vanidad de dirigentes o cofrades que pueden competir su riqueza y suntuosidad con las imágenes de la hermandad vecina.
 
La imagen de la Virgen del Rosario debió ser de talla. Se deduce por la redacción que se hace de la modificación:
 
Cabildo del 15/01/1747
 
“Yo el escribano de ella les hice saber de parte del Mayordomo actual la siguiente proposición: Juan Fernández del Barco Mayordomo de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario ante vuestras mercedes digo: como deseando el mayor culto y veneración… debido a María Santísima pidiendo a sus mercedes su consentimiento, he propuesto que la imagen suya, a quien con tanta reverencia veneramos se disponga para que por mejor se vista y en la forma que pidieren sus festividades y los misterios que en ella se celebran y habiendo de ejecutarse esto por artífice inteligente, teniendo confianza en D. Tomás de Sande, vecino de Cañaveral, en quien se tiene confianza y experiencia de haber compuesto otras imágenes de Ntra. Sra. en la mismo forma dicha, habiendo quedado muy contentos en los pueblos donde lo ha ejecutado a cuyo fin he hecho que el dicho Don Tomás, haya visto la imagen para si sus mercedes determinasen, saber el coste que podía tener y habiéndola visto dijo que la compondría a toda satisfacción en la forma dicha y hablando sobre el precio dijo que aunque en Torrejoncillo había llevado por dos imágenes que compuso por cada una cien reales, que aquí la compondría por ochenta reales, y se le advirtió que al rostro de Ntra. Sra., no se había de tocar a él, y que había de poner brazos con goznes a la imagen quedando esto tratado hasta alcanzar el beneplácito de sus mercedes de que no se dudaba el afecto y devoción que sus mercedes a esta devota Sra. y también pongo en la consideración de Vds. que para satisfacer la cantidad de los ochenta reales nos obligamos los alcaldes de dicha Cofradía y yo como mayordomo a pedirlo de limosna entre algunos devotos para satisfacer dicha cantidad en parte o en todo si se juntase bastante y si algo faltase lo supliera la Cofradía… quedó se componga.
 
… dieron su consentimiento y dijeron se ponga luego en ejecución por ser todo en honra de María Santísima.
 
Decía lo de la moda, porque se habían hecho en otros lugares cercanos la misma operación con imágenes.
 
Pero la fe en la Virgen del Rosario siguió creciendo entre los vecinos de Casas de Millán, pues siguieron perteneciendo a la Cofradía. Cada año había nuevos cofrades.
 
Ello también repercutía en los signos o símbolos que seguían siendo expresión material de dicha fe.
 
Así nos encontramos con aportación de doscientos reales para una imagen del Niño Jesús.
 
En 1692 ya se hace referencia al inventario de lo que posee la Cofradía, manifestación de las diversas preocupaciones en la exaltación de la imagen como expresión de la devoción. Ya posee dos coronas para lucirlas en las procesiones y celebraciones.
 
Por supuesto que también su Hijo podía lucir su cabeza coronada, pues el maestro de platería Leonardo Pérez, en el año 1693, adereza una corona que supuso 27 reales y medio que valen 935 maravedíes
 
En 1765 se manifiesta la devoción que los casitos tenían, aun cuando estuvieran fuera, en Plasencia, a la Virgen del Rosario. Así lo expresa Lic. Francisco Retortillo, vecino de Plasencia y natural de este lugar, que  regala un manto a Ntra. Sra. del Rosario.
 
En 1867 se cierra el libro de esta Cofradía. Nada histórico hasta el momento sabemos de su terminación.

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