miércoles, 29 de agosto de 2018

Fundación adjunta del paso del Descendimiento


Un poco de historia.
 
Las primeras hermandades y cofradías de carácter penitencial y disciplinario de España se encuentran ligadas, desde su primer momento, a la Orden fundada por el penitente San Francisco de Asís en los comienzos del s. XIII, que sufre en sus mismas carnes las llagas de la Pasión de Cristo.
 
Se crean las cofradías de la Pasión durante los siglos XIII y XIV, y se configuran definitivamente desde el XVI. Estas cofradías sacaban las imágenes de la cruz en procesión y se centraron en el culto a Cristo en su pasión.
 
De estos antecedentes tenemos  las cofradías de la Vera Cruz. Pero no eran sólo las manifestaciones procesionales las que tenían estas cofradías, sino que, como en otras manifestaciones artísticas, se pretende llegar a los fieles con las representaciones de la Pasión del Señor. De ahí nacen los Autos Sacramentales.
 
El Auto Sacramental de la Pasión se presenta en varios actos.

Hacia las tres de la tarde, hora aproximada en que murió El Señor, estando todos reunidos en la iglesia, se tiene el acto primero, la Adoración de la Cruz. Acto que aún permanece en la liturgia del Viernes Santo.
 
El segundo acto es el Descendimiento de la cruz. Primeramente se ha tenido el sermón de las siete palabras o frases que Jesús pronunció desde la cruz. Se baja a Cristo Muerto de la cruz y después de ser aseado su cuerpo por las mujeres que acompañan a María, se le deposita en el sepulcro.
 
El tercer acto representa la visita que las mujeres hicieron al sepulcro, con el fin de adecentar mejor el cuerpo de Cristo, puesto que no habían quedado conformes con lo realizado el día anterior por la premura del tiempo. En algunos sitios, como en Peraleda de la Mata, se representaba antes de la misa de Gloria del Sábado Santo.
 
Hoy día este acto anterior se ha trasladado a los momentos  previos al encuentro del Cristo con su Madre, que representa la Resurrección.
 
Estas representaciones se hacían  en algunas ocasiones con actores reales. Es lo que se dado en denominar la Pasión viviente. Como la celebrada en la localidad catalana de Esparraguera, donde interviene a veces muchos actores.
 
Pues bien, vinculada a los dramas medievales de la Pasión de Cristo, la ceremonia del descendimiento se representará de forma independiente a partir del S. XVI. Los principales divulgadores de esto fueron los franciscanos. Por ello no es raro encontrar en los pueblos cercanos a monasterios o conventos franciscanos imágenes de Cristo llamadas del Descendimiento.
 
Fácilmente se deduce de lo encontrado en los libros de la Cofradía de la Vera Cruz, que esta devoción está arraigada en Casas de Millán, puesto que han comprado las imágenes de Cristo del Descendimiento y La Dolorosa. Posteriormente se le dará forma canónica con la aprobación del Obispo. Así lo dice textualmente:
 
“En el lugar de Casas de Millán en ventiseis días del mes de Marzo año de mil setecientos y treinta y uno estando en la iglesia Parroquial de el Sr. San Nicolás de este lugar, los señores y el Licenciado Don Manuel Suárez de Valcárcel cura propio de este lugar Don José Sánchez de la Vega (escribano) Don Francisco Franco () Don Miguel Rosado () Don Tomás de Ayala y Alonso del Egido, Alcaldes  () Franco Rosado Vega, regidores Juan Rosado, Tomás Rosado, Francisco Egido Carretas, Juan Rosado Barco, Alonso Fabián y Juan Fernández Barco, vecinos todos de este lugar, estando así juntos, dijeron que habiendo la santa y piadosa devoción de este pueblo, por medio de sus limosnas, dispuesta la fábrica de dos sagradas imágenes, del Santísimo Cristo y Virgen de la Soledad, para que con toda decencia y veneración se celebre el paso del Descendimiento y conseguido se () pueda tenerla en esta iglesia dichas imágenes y siendo preciso el colocarlas en ella en el lugar más cómodo y que así el Cabildo determine el sitio. También a la Cofradía (hase a de apropiar) esta sagrada devoción y otras cosas tocantes y pertenecientes a esta nueva institución y entendido por el Cabildo acordó que se agregue, como desde luego la agrupan a la Cofradía de la Santa Vera Cruz, sin que esta padezca gravamen alguno en sus rentas, cera ni otra cosa alguna si solo con el cargo de que sus mayordomos ¿harán? De cuidar del aseo y limpieza de ellas. Y al tiempo de nombrar mayordomos sean de nombrar dos personas de buen celo y ¿cristianas? Para que pidan limosna en los tiempos oportunos de cosechar así para la conservación en delante de esta piadosa devoción como para la fábrica de una urna adonde ha de ir en procesión su divina majestad con el mayor culto, decencia y veneración en el viernes santo y por su limosna así ¿ el Cabildo de derechos y el Sr. Cura cuatro ¿siclos? de plata y al sacristán tres siclos de plata con la obligación de asistir a la procesión y demás exequias que se requieran en estando preso y señalar para colocar dichas santas imágenes un altar que se ha de hacer en la capilla del Smo. Cristo. Y las personas que se nombraren hayan de tener su obligación de quitar y poner las imágenes en la Cruz y han de avisar a los señores sacerdote para que asistan a la función de este santo paso y llevar las andas en la procesión y en esta conformidad hacer este acuerdo que quieren tenga fuerza y vigor y para ello se lleve a conformar. A el señor Provisor de la ciudad de Plasencia a quien suplica dicho cabildo se sirva de aprobarle y dar su consentimiento para todo lo aquí expresado. Así lo acordaron y firmaron los que supieron de que yo el notario doy fe”
 
Como es lógico todo esto necesitaba, como anteriormente se ha dicho, la aprobación episcopal. Por ello, el 3 de Abril del mismo año 1631 se hace la petición al Obispado de la autorización para que se pueda hacer cargo la Cofradía de la Vera Cruz, adherida a ella la del Descendimiento.
 
No tarda mucho en tener respuesta por parte del organismo que tiene incoado tal asunto. En el día 8 de Abril del 1731 reciben los cofrades en una reunión lo siguiente:
 
“ por mí el notario les he hecho notorio el auto anterior del Sr. Provisor de la ciudad de Plasencia en que se sirve mandar dar traslado a esta Cofradía del acuerdo  que se celebró en los ventiseis de Marzo que consta de la hoja antecedente en que se acordó que se agregue a esta cofradía las santas imágenes del Descendimiento con la “condición” Que esta Cofradía no haya de tener obligación de gastarse cosa alguna en la función del Descendimiento ni en otra que se ofrezca y de más que  de dicho acuerdo consta; y enterados del texto los ¿ en nombre de esta Cofradía y sus cofrades desde luego aprueban conveniente y consienten y ratifica el referido acuerdo de ventiseis de Marzo próximo pasado y aceptan la agregación de dichas imágenes que de ellas de hará dicha Cofradía según como se expresa en dicho acuerdo sin alterar ni innovar cosa alguna de él, y los dichos Juan del Ejido Mayordomo, Alonso Fabián y Juan Fernández, alcaldes de ella, se obligan por lo que de ellas toca a cuidar del aseo y limpieza de dichas santas imágenes por ser este el cargo no mas que han de tener los demás que les sucedieren en adelante en dichos empleos. Y suplica este cabildo en nombre de esta Cofradía el Sr. Proviso de la ciudad de Plasencia se sirva de mandar hacer esta agregación que de ella hacen…
 
Por fin el día 26 del anterior mes y año se recibe la aprobación que se reseña:
 
“En la ciudad de Plasencia en 26 días del mes de Abril año de mil setecientos y treinta y uno el Sr. Dr. Don Alfonso Suárez Cabezas, abogado del Real Consejo, Provisor y Vicario General de ella y su Obispado por el Ilmo. Rvmo. Sr. Don Fray Francisco de la Vega X Córdoba X Obispo de él, del Consejo de su Majestad; habiendo visto los dos acuerdos que están en este libro hechos en los días 26 de Marzo y ocho del corriente mes y año, el primero por el Cura Rector, eclesiásticos y otras personas devotas y el segundo por los cofrades de la Cofradía de la sagrada Vera Cruz del lugar de Casas de Millán ante mí el Notario dijo:
 
Que mediante la agregación de las imágenes y aceptar así mismo la carga de cuidar de ellas aprobaba y aprobó su Merced confirmaba y confirmó dicho acuerdo ejecutado por el referido Cura y devotos en el expresado día 26 de Marzo y daba y dio licencia para que ejecute lo que contiene con tal que el paso del Descendimiento según el rito por sacerdotes, revestidos de sobrepellices y estolas negras o moradas, con la mayor veneración; y en adelante los cofrades que son y fuesen observan y guarden en todo y por todo cuanto expresa dicho acuerdo, como en él se contiene, que por este su auto de aprobación así lo proveyó, mandó y firmó.
 
Firma Dr. D. Alfonso Suárez Cabezas.”
 
La Cofradía del Descendimiento pues, está constituida. Ya tiene aquellas personas que se encargarán, aunque son cofrades de la Vera Cruz, de la limpieza y adecentamiento de las imágenes y procesión y que son Francisco Escribano y Juan Sánchez Corral. En un cabildo posterior del 10 de Agosto de 1632 se les ratifica para que continúen otro año. Igualmente se hace con Lic. D. Miguel Rosado.
 
Ya tenemos aclarado un poco la presencia de las imágenes del Cristo del Sepulcro y la Dolorosa, que actualmente se conservan en S. Ramón.
 
Pero queda una duda que aún no se ha podido aclarar: ¿se construyó S. Ramón para albergar dichas imágenes, pues en el primer momento se dice que “pueda tenerla en esta iglesia dichas imágenes y siendo preciso el colocarlas en ella en el lugar más cómodo y que así el Cabildo determine el sitio.”? ¿Los nichos que actualmente vemos, se hicieron desde el primer momento o han sido obra posterior?
 
Lo digo porque en 1742 se indica: cabildo de 5/08/1742
 
Así mismo determinaron los señores de dicho Cabildo que la procesión que se hace el viernes santo después del Descendimiento se comience saliendo por la puerta pequeña y vaya por la calle abajo a dar al Llano Hidalgo y de allí vaya arriba a dar a la plaza de donde irá a S. Ramón entrando por una puerta y saliendo por otra quedando al mismo tiempo las imágenes colocadas en sus sitios y de allí se continuará la procesión hasta la iglesia; y en esta conformidad lo decretaron sus mercedes, de que doy fe.
 
Esta nota nos aclara que la puerta que actualmente está tapiada en S. Ramón fue durante tiempo entrada y salida de procesiones.
 
Pocas cosas reseñables nos quedan de esta Cofradía, a no ser los 85 reales a un maestro pintor por dar de barniz la cruz e imagen del Smo. Cristo de esta Cofradía año 1799.
 
O las advertencias que hace el nuevo Cura Rector de la parroquia porque ha habido un tiempo en que no se han dado las cuentas de la Cofradía.
 
Las procesiones que dependían de la cofradía eran una, que un domingo al mes, tenían que hacer alrededor de la iglesia, la procesión del jueves y viernes santo, la de la mañana de Pascua y en el día de la Ascensión.
 
Referente a la cofradía nada reseñable para nuestras intenciones, sino que termina de hacerse actas de cuentas o cabildo en 1875. ¿Cuándo y cómo desaparece tanto la cofradía de la Vera Cruz como la del Descendimiento? Por ahora no se sabe.

lunes, 6 de agosto de 2018

Cofradía de la Vera Cruz

En otro lugar se ha indicado, que dentro del concepto de hermandades o cofradías, se implicaban aquellas asociaciones cristianas que veneraban reliquias. Muy extendida estaban las hermandades o cofradías de la Vera Cruz.
 
En principio sus comienzos se remontan a la veneración que se tuvo a la Cruz Verdadera donde fue crucificado Jesús de Nazaret y que se descubrió en tiempos de Santa Elena, la madre de Constantino.

Dice la leyenda que cuando se descubrió aparecieron las tres que estuvieron ese día en el Calvario. Para ver cuál de ellas era, Santa Elena hizo traer un muerto que tocó las cruces, y al tocar la verdadera resucitó. Esta era la VERA CRUZ.
 
Las hermandades de culto de la Verdadera Cruz se engendran en un determinado estamento social. Este tipo de Cofradías es calificado por algunos historiadores, de estructura horizontal y de clase. Así tenemos el ejemplo de la de Sevilla, que se constituye para conmemorar el hallazgo en Jerusalén de la Verdadera Cruz del Redentor, estableciendo la pureza de sangre a sus hermanos hasta varias generaciones anteriores.
 
Durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, las cofradías de la Vera-Cruz, desarrollaron su vida de culto y beneficencia con normalidad y brillantez.
 
No sabemos cuándo se constituye la de Casas de Millán, pero sí podemos decir que a finales del siglo XVI, concretamente en 1597, aparecen las primeras actas de los cabildos o reuniones y cuentas referentes a dicho año, según consta en el libro 1º de la Cofradía. Es de suponer que estaba constituida con anterioridad, aunque sin consignar por escrito las reuniones y nombramientos correspondientes, o se han perdido.
 
Precisamente en una de las actas de reunión del día 20 de septiembre de 1674 consigna que hay que renovar la Santa Imagen del Cristo Crucificado, por estar maltratado, al mismo tiempo que se haga un nicho de cal y ladrillos en el altar del Santo Cristo, apremiando a los alcaldes a que si no lo hacen se les pone una sanción de mil reales de pena a cada uno.
 
No debieron realizar lo acordado, puesto que no pasado mucho tiempo refieren en una de sus reuniones, que:
 
“… considerando los lugares más convenientes para trasladar y poner el Santo Crucifijo por estar su capilla quebrada y mal dispuesta y que esté con más decencia y veneración, acordaron que el lugar donde está el Santo Cristo Resucitado se disponga y haga la obra sobre dicho y así mismo acordaron que se ha de hacer otra imagen nueva y que los oficiales miran y vean si hay dineros para todo y si no haya repartimiento por los cofrades para lo que dichas (obras) se hagan…
 
Parece verosímil, que la actual capilla de la izquierda del presbítero, es el lugar de que se habla, y que el nicho sea el que actualmente ocupa el Cristo.
 

Es curioso cómo, en el mismo cabildo, por no haber los cofrades de la cofradía conseguido lo propuesto en un cabildo (anterior), la pena de los mil maravedíes si no renuevan la imagen del Santo Cristo y les exigen que por vía de conformidad paguen seis reales.

Todo lo anterior nos está indicando la antigüedad, tanto de la imagen como del nicho, pues no suele una imagen deteriorarse tan fácilmente, ya que ésta solía ser una talla que dura mucho.
 
También los párrafos anteriores son un reflejo de la seriedad y compromiso que los cofrades tenían con su cofradía, pues las penas que se imponían son cuantiosas, indicativo de los componentes, dado que, aunque los cofrades ordinarios fueran gente relativamente humilde, los mayordomos y dirigentes no lo parecen.
 
Otra indicación del interés de los cofrades por su Cofradía es que pronto aparecen la confección y compra de  una lámpara de plata. El alumbramiento de la imagen es muy normal en esta época, pues en todas las reseñas que se tienen de la contabilidad, aparecen el aceite y la cera como gasto, a veces bastante cuantioso.
 
Por fin, debió realizarse la obra, pues en 1689 aparece una nota sobre gastos de obra, aunque no se da reseña del pago al maestro de dicha obra.
 
No es inverosímil que la capilla se levantara sobre alguna más pequeña que la actual, pues hay que tener en cuenta que hace relativamente poco tiempo que se había levantado la capilla mayor, terminada en 1666.
 
Lo que sí consta son los varios importes de materiales que se usaron:
 
“Gastos mandados de labra de la capilla peonadas y saca de piedras: más se le pasan en cuenta ciento ochenta y tres reales que gastó en sacar la piedra para la capilla, jornales de los que fueron a escoger la piedra y lo que costó la piedra que se juntó y acarreo de la piedra, dos presentes que se hicieron con acuerdo de todos los alcaldes de la cofradía…”
 
Más se le pasan en cuenta quinientos quince que aportaron. Las arrobas de cal que trajeron algunos vecinos particulares de las partidas que les estaban repartidas en el repartimiento de que ha hecho mención en el cargo y qué cantidades y personas consta de dicho libro de gastos en cuya virtud se le pasa.
 
Más se le pasan en cuenta ochocientos noventa y dos reales que costó la madera que se compró nueva para dicha obra a Sebastián Mateos y compañeros vecinos de la villa de Serradilla
 
Mas se le pasa en cuenta mil cuatrocientos cuarenta y nueve reales y veinte maravedíes por los mismos que se debían a Domingo Sánchez, Alonso Gil, Juan Marín y Alonso de Paredes, todos vecinos de este lugar, de la cal que debajo de postura trajeron para dicha costo del asentamiento de dicho mayordomo y cuenta que tenía de dicha cal con los susodichos.

Más se le pasan cuatrocientos cincuenta reales por los mismos que pagó a los maestros de hacer tejas y ladrillos de los que hicieron para dicha obra y el gasto de conducirlos desde el tejar a la iglesia. Va entrado en  la partida de gastos por mayor.
 
Más se pasan en cuenta quinientos sesenta y un reales por los mismos que pagó a Pedro Gómez Cordero, Juan García y Pedro Fernández Barco de su trabajo de acarrear la madera del río, piedra del Berrocal y del Palomar.
 
Solamente la suma de todo lo anterior nos da un total de 4.050,20 reales, suma que nos da idea de que se hizo lo que se llama actualmente la capilla.
 

Conviene también consignar que hubo una aportación para la obra por parte del Sr. Obispo: de los mil reales de limosna que su (señoría) dio para dicha obra… a la persona a quien el dicho mayordomo dejó encargado la solicitud para que se hiciese la imagen en dicha villa de Madrid y la costa que tasó de traer la imagen, como todos los costes del libro de gastos que presentó escrito en tres hojas medio de pliego entero que se le mandaron pasar.
 
Con posterioridad a las obras de la capilla se hace un nicho para la imagen del Resucitado cuyo importe en cal supuso 96 reales. Ello en 1680:
 

Pago de cal para hacer el nicho de la imagen del Cristo Resucitado. 96 reales Año 1680.
 
Mientras se hace la obra, probablemente se está tratando de renovar la imagen del Cristo. Por los datos que se tienen en los libros la imagen se hace, pues se queda escrito que:
 
“Hechura de imagen: más se le pagan en cuenta mil doscientos reales que pagó por la hechura del Santo Crucifijo a Juan Ruiz, vecino de la villa de Madrid, de que exhibió recibo.”
 
Y así mismo… esta partida de costa de… y hechura de la reja y ventana y la de sogas capazos y otras cosas que fueren necesario para dicha obra 2,183 reales.
 
Otra necesidad acometida durante estos años es la imagen del Santo Cristo que se lleva a los entierros y que la realiza Francisco Flores, vecino de Brozas, por la que se pagaron ciento cuarenta reales.
 
Hacia los años finales del 1600 está la Cofradía bien situada. Dispone de bienes, que están escriturados, al mismo tiempo que ya se consigna el inventario de todo lo que tiene.