domingo, 2 de abril de 2017

Líneas históricas (II)

La Inquisición, su presencia

Hay un asunto que en ocasiones se preguntan los “Casitos”: ¿por qué había aquí casa de la Inquisición?

No hay hasta ahora una reseña histórica que nos lo diga.

Es probable que, dado que se encontraba en un sitio de frontera, en el retroceso de los musulmanes, hubiera algunos que se hicieron residentes aquí. Es sabido que una de las condiciones para ello era la conversión al cristianismo. Pero, como en algunas ocasiones, era una falsa conversión, eran objeto de vigilancia.

De hecho hay unos datos que nos indican esa situación: en 1589 se hace constar documentalmente que Casas de Millán tiene 150 vecinos de los cuales hay 5 moriscos. Dado que ha pasado bastante tiempo de su expulsión, nos indica que ha habido más.

Otro dato que avala tal suposición es que en los primeros libros parroquiales consta la existencia de apellidos de los cuales se advierte, que son moriscos. Es un matrimonio, Juan y María, él morisco y ella cristiana, cuyos apellidos son Zorzibacan González, con cuatro hijos. Precisamente para que se pudiera ver “la limpieza de sangre”, entre otras razones, el Cardenal Cisneros ordena la obligatoriedad en el s. XV de hacer constar en los libros parroquiales de nacimientos y de defunciones los apellidos. Más tarde se cambian de apellido. Así se consigna en el folio 147 del libro 1 de bautismos: Zurzibacan: Luego los Hernández Morcillos. ¿Moriscos?

Pero no solamente es cuestión de los moriscos, sino que también hubo en el pueblo, judíos. Hablándonos de judíos en Plasencia se dice: “Así la aljama judía se encuentra en Plasencia y controla la vida de los judíos de Las Casas, de Aldeanueva del Camino…”

Otro dato que podemos constatar en los libros parroquiales es que nos encontramos con familiares de la Inquisición.

Familiar de la Inquisición era el miembro de menor nivel dentro de la Inquisición española. Sin necesidad de tener ningún tipo de voto monástico ni ingresar en el clero, sus funciones eran las de informar de todo lo que fuera de interés para la institución y ocurriera dentro de la sociedad en la que estaban integrados, como una tupida red de espionaje o servicio de información. Se beneficiaban económicamente de sus delaciones, además de estar protegidos ellos mismos de una posible persecución por las mismas causas que informaban.  Debían estar permanentemente al servicio de la Inquisición. Convertirse en familiar era considerado un honor, ya que suponía un reconocimiento público de limpieza de sangre y llevaba además aparejados ciertos privilegios, entre ellos, que podían portar armas.

Entre los vecinos de las Casas que se refieren su vinculación con la inquisición tenemos a: Licenciado Miguel Rosado, Comisario del Santo Oficio, vecino y natural de aquí. Juan Martín Barco, Familiar del Santo Oficio y Regidor perpetuo que fue de la Ciudad de Coria. Bartolomé Domínguez, Presbítero, Comisario del Santo Oficio, vecino de aquí.

Amén de los oficios que desempeñaron Los Trejo y Yáñez. Aunque estos, como podremos ver, a nivel más nacional.

Las Casas en los siglos posteriores

Un hecho luctuoso de repercusión diocesana, acontece nada más comenzado el s. XVIII, el 22 de Septiembre en 1703, en Casas de Millán. El Obispo D. Bartolomé de Ocampo y Mata fallece aquí. Se supone que estaba haciendo la visita pastoral.

Como toda la región de Extremadura, sufrió el paso de los franceses en la guerra de la Independencia. Su paso por Casas de Millán ocurre el año 1811. Aquí estuvo el regimiento nº 17. Las exigencias de alimentos y todo cuanto necesitaban para su mantenimiento, hubo que proveerles.  El día 21 de Diciembre abandonaron el pueblo y no volvieron más franceses a este pueblo. Su destino era Malpartida de Plasencia, pueblo que fue saqueado y casi destrozado.

Hubo un hecho que consta en los libros parroquiales, que éstos, los libros, tuvieron que ocultarse “a causa de la dominación francesa”  (fol. 230)

De quien sabemos su alistamiento como soldado contra los franceses, es de “Cayetano Ribero, hijo de Antonio y de Mª Encarnación Hinojal natural y vecino de aquí, salió alistado en 1808 y sirvió de soldado en el Reg. De Infantería de Mallorca. Se halló en la batalla de Medellín, sin que después se haya tenido noticia de su paradero y tiendo que comunicarle asuntos interesantes se suplica a quien sepa su existencia o muerte lo comunique”.

Independización

Como en tantos pueblos de la geografía hispana, la Constitución de 1812 o mejor el Nuevo Régimen, Régimen Liberal, dan pie para una independización del régimen señorial. El municipio de Casas de Millán se independiza del Señorío en 1836.

El ferrocarril


Una vez más las comunicaciones dan un empuje a la vida de los pueblos. Casas de Millán se ve favorecida, tanto en la antigüedad, con la Vía de la Plata, como la carretera nacional 630, y posterior trazado del ferrocarril Madrid a la frontera con Portugal.

Un primer favor que se da al pueblo es la contratación de obreros para la construcción de dicho ferrocarril. Como en toda obra importante tiene un pago de vidas humanas. Aquí se enterraron algunos.
Después de construido el tramo Madrid Malpartida de Plasencia se acomete el de Malpartida de Plasencia a Cáceres (Arroyo-Malpartida) de 84,93 km.

Una de las obras importantes de dicho tramo fue la construcción del puente ferroviario sobre el Tajo en 1880, obra de Gustave Eiffel, el constructor de la famosa torre parisina.

La inauguración de la línea se realiza el 8 de octubre de 1881, fue el día en que por un error del Rey Alfonso XII  llamó a Cáceres “ciudad”, cuando sólo era villa. Lo ratificó el 9 de Febrero de 1882.

Se nos describe el paso por el puente sobre el Tajo camino de Cáceres de la comitiva inauguradora… “Aparece la locomotora del tren Real de 1881 en el puente de forja construido sobre el Tajo... Anchuroso corre el río. Sus aguas van tranquilas y majestuosas. Numerosos pueblos acuden a ambas márgenes. Dos balsas enormes nadan en la masa líquida. El tren se detiene en medio del puente [...] Suena el vapor en el pito de la locomotora. El tren Real se aleja a toda marcha”.

Parece ser que para la inauguración del puente,  la banda municipal de Casas de Millán, que entonces dirigía Vicente de la Fuente Rodríguez estuvo presente.
La primera estación del pueblo se inauguró el mismo día del año 1881. Había sido construida entre 1870 y 1880.

Como en toda novedad aparece la leyenda de que no se puso más cerca del pueblo por la oposición de los poseedores de fincas a que se hiciese en la suya.

Así describe Dionisio Martín, vate casito, la entrada del ferrocarril en el término de Casas de Millán:

     “Y para que el tren pasara,
     hicieron un agujero,
     ¡Un túnel! Y después otro
     muy cerquita del primero
     Atravesada la sierra
     por esos dos agujeros,
     luego de un corto repecho,
     ¡como si faltara tiempo!
     el convoy, a todo gas,
     se lanza hacia mi pueblo.”

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