Por la vinculación con que veremos se encuentra la ermita de
S. Ramón y la Cofradía de S. Antonio Abad, se deja constancia en este capítulo
lo referente a ésta última. Hoy día sigue en la manifestación de fe en la
fiesta de S. Antonio o Antón, que ha quedado vinculada a la Cofradía de Nuestra
Señora de Tebas.
Es curioso cómo, casi siempre, las manifestaciones religiosas en las Parroquias vienen desde la base, donde se vive la vida con las alegrías y penas de la misma. Sienten su dependencia filial de Dios y de sus hermanos que han sabido ser espejos de ese Dios, los Santos.
Una vez más se manifiesta en la institución de esta cofradía que con anterioridad, como dice en la petición de aprobación episcopal, “ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad.”
Para satisfacer la curiosidad de los “casitos” presento la petición o demanda para la constitución de la Hermandad de S. Antonio Abad. Nos encontramos en el año 1793.
Copia de la representación hecha por el Cura, Justicia y Regimiento de este lugar de Casas de Millán al Ilmo. Sr. D. Josseph González Laso, Santos de San Pedro, y a su continuación el decreto y aprobación de su Sría Ilma.
Ilmo. Señor
Señor,
El Cura, Justicia y Regimiento del lugar de Casas de Millán, puestos a los pies de V.S.I. con todo respeto decimos, ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad. Cada año en su día, y pedir en él limosna para el Santo, la que pagados ochos reales al Cura, y dos al sacristán por sus derechos, recogían los religiosas de dicho Santo de la Casa de Salamanca. Con motivo de haber faltados éstos, acordó este ayuntamiento con el Cura se continuase celebrando la misa, y haciendo el petitorio en los mismos términos con el fin de que no extrajesen del pueblo las limosnas mediante, ser las más de ellas mandas, que hacen al Santo los fieles en las enfermedades de los animales, y con el de traer una imagen del Santo para colocarla en esta Parroquia, en atención a ser grande la devoción, que estos vecinos le profesan; para cuyo efecto se nombró recaudador de las limosnas a D. Gregorio Marcos de la Vega Pbro. Entretanto que venía la Sra. Visita, en la que haciéndose presente el Sr. Visitador determinase lo que fuese de su agrado. Pero con motivo de hallarse ausentes de este Pueblo cuando V.S.I. vino a hacerla uno de los alcaldes y otro de los regidores, no se pudo hacer esta representación con la formalidad debida. Por lo que recurrimos ahora a la autoridad de V.S.I. suplicándole lo primero: Que se digne conceder su permiso para continuar con dicha demanda en los términos que hasta aquí se ha practicado, continuando con la recaudación de las limosnas dicho Don Gregorio y nombrando en lo sucesivo por Recaudador de ellas a un ecónomo u otra persona de satisfacción. Lo segundo: que se compre un libro en que se asienten éstas, y se lleve cuanta formal de su inversión que se dará en santa Visita. Lo tercero: que se digne V.S. I. dar su permiso para que se encargue una imagen del Santo de buena escultura, y se coloque en esta Parroquia, la que acaso podrá facilitarse en Madrid, de lance y conveniencia. Y lo cuarto: que comprada la imagen se predique sermón a honra y gloria del Santo además de la misa en cuyo culto, y no en otra cosa deben invertirse las limosnas con que contribuyan las fieles. Esperamos esta gracia y merced de V.S.I. cuya vida pedimos al Señor conserve dilatados años. Casas de Millán, Julio veinte y seis, de mil setecientos noventa y tres.
Es curioso cómo, casi siempre, las manifestaciones religiosas en las Parroquias vienen desde la base, donde se vive la vida con las alegrías y penas de la misma. Sienten su dependencia filial de Dios y de sus hermanos que han sabido ser espejos de ese Dios, los Santos.
Una vez más se manifiesta en la institución de esta cofradía que con anterioridad, como dice en la petición de aprobación episcopal, “ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad.”
Para satisfacer la curiosidad de los “casitos” presento la petición o demanda para la constitución de la Hermandad de S. Antonio Abad. Nos encontramos en el año 1793.
Copia de la representación hecha por el Cura, Justicia y Regimiento de este lugar de Casas de Millán al Ilmo. Sr. D. Josseph González Laso, Santos de San Pedro, y a su continuación el decreto y aprobación de su Sría Ilma.
Ilmo. Señor
Señor,
El Cura, Justicia y Regimiento del lugar de Casas de Millán, puestos a los pies de V.S.I. con todo respeto decimos, ha sido costumbre en este pueblo celebrar misa cantada a honra y gloria de San Antonio Abad. Cada año en su día, y pedir en él limosna para el Santo, la que pagados ochos reales al Cura, y dos al sacristán por sus derechos, recogían los religiosas de dicho Santo de la Casa de Salamanca. Con motivo de haber faltados éstos, acordó este ayuntamiento con el Cura se continuase celebrando la misa, y haciendo el petitorio en los mismos términos con el fin de que no extrajesen del pueblo las limosnas mediante, ser las más de ellas mandas, que hacen al Santo los fieles en las enfermedades de los animales, y con el de traer una imagen del Santo para colocarla en esta Parroquia, en atención a ser grande la devoción, que estos vecinos le profesan; para cuyo efecto se nombró recaudador de las limosnas a D. Gregorio Marcos de la Vega Pbro. Entretanto que venía la Sra. Visita, en la que haciéndose presente el Sr. Visitador determinase lo que fuese de su agrado. Pero con motivo de hallarse ausentes de este Pueblo cuando V.S.I. vino a hacerla uno de los alcaldes y otro de los regidores, no se pudo hacer esta representación con la formalidad debida. Por lo que recurrimos ahora a la autoridad de V.S.I. suplicándole lo primero: Que se digne conceder su permiso para continuar con dicha demanda en los términos que hasta aquí se ha practicado, continuando con la recaudación de las limosnas dicho Don Gregorio y nombrando en lo sucesivo por Recaudador de ellas a un ecónomo u otra persona de satisfacción. Lo segundo: que se compre un libro en que se asienten éstas, y se lleve cuanta formal de su inversión que se dará en santa Visita. Lo tercero: que se digne V.S. I. dar su permiso para que se encargue una imagen del Santo de buena escultura, y se coloque en esta Parroquia, la que acaso podrá facilitarse en Madrid, de lance y conveniencia. Y lo cuarto: que comprada la imagen se predique sermón a honra y gloria del Santo además de la misa en cuyo culto, y no en otra cosa deben invertirse las limosnas con que contribuyan las fieles. Esperamos esta gracia y merced de V.S.I. cuya vida pedimos al Señor conserve dilatados años. Casas de Millán, Julio veinte y seis, de mil setecientos noventa y tres.
Ilmo. Sr. B. L. P. de V.S. I. sus más atentos servidores Francisco Gutiérrez Garay; Juan Fabián, alcalde; Jerónimo García, alcalde; Por Jacinto Fabián y Gregorio Roncero, regidores, Manuel Julián González; Por mandato de este Ayuntamiento, Mateo Marcos de la Vega.
Es curioso el dato que se expresa de que las limosnas las “recogían los religiosas de dicho Santo de la Casa de Salamanca.” ¿Por qué esta vinculación con una ciudad que estaba tan lejos? ¿Podía ser alguna institución más cercana?
No podía por menos que aprobarse tal petición por parte del Sr. Obispo. Por ello, si en Julio se hace la petición, en Agosto llega el decreto de constitución.
DECRETO. Casa de Campo y Agosto siete de mil setecientos noventa y tres.
Aprobando el buen celo y devoción de los suplicantes para con San Antonio Abad, y accediendo a su solicitud concedemos nuestro permiso para la continuación de la demanda y colectación de las limosnas que los fieles ofrecieren para culto del Santo lo que se pondrá al cuidado de persona de toda satisfacción, y probidad, con preferencia siempre un clérigo, si lo hubiere, continuando por ahora en este cargo D. Gregorio Marcos de la Vega, Presbítero, de Casas de Millán, llevándose la debida cuenta y razón para darlas en las santas Visitas, a cuyo fin se formará libro de asiento, en el que se haga de la entrada de limosnas y los gastos dirigidos únicamente al culto de dicho Santo, para el cual concedemos el que se facilite su imagen, colocándola en la Iglesia Parroquial de dicho pueblo para la veneración de los fieles; y que en la fiesta se predique sermón como desean. Lo decretó, mandó y firmó S.S.I. el Obispo mi Señor. Josseph, Obispo de Plasencia: Por mandato del Obispo mi Señor Manuel Antonio de León.
Pero por razones que no llegamos a deducir, lo imagen no puede estar en la iglesia parroquial, para la que se había pedido. ¿Pudo ser mayor cercanía a la gente, puesto que al pueblo había ido extendiéndose hacia el Sur y la iglesia quedaba más lejos? Pudiera ser. ¿Fue porque al no tener ingresos propios la ermita, como ya hemos indicado, se empleasen los de S. Antonio para el mantenimiento de la ermita? El caso es que en 1800 se pide el cambio de ubicación de la imagen. Imagen que da la sensación, que un poco abandonada en dicho S. Ramón, aún sigue, puesto tenemos constancia de la duplicidad de imagen en Tebas.
“A representación hecha por mí el infrascripto Cura Rector de la Parroquial de esta parroquial de Casas de Millán al Ilmo. Señor D. Don José González Laso Santos de San Pedro del Consejo de S. M. y dignísimo Obispo de la ciudad de Plasencia en solicitud de que la imagen del Sr. San Antonio Abad se coloque en la ermita de S. Ramón y el sobrante de las limosnas que ofrecieren los fieles pagados los gastos de la función se invierta y sea para los reparos de dicha ermita, me dirige S.S. I. la carta que copiada a la letra dice así:
“Muy Sr. mío: convengo y doy mi permiso para que la imagen de S. Antonio Abad, mandada colocar en esa iglesia parroquial lo sea en la ermita de San Ramón y que el sobrante de las limosnas ofrecidas a aquel Santo, pagados los gastos de su función anual, se inviertan en la conservación y reparos de la ermita de éste; por la utilidad que puede ocasionar al Pueblo, con arreglo a este nuevo destino se inspeccionará la inversión de las limosnas por las Stas. Visitas.
Casa de Campo y agosto de mil y ochocientos…”
Como, aunque no tenían tan fácil las comunicaciones como en nuestros tiempos, las cosas de palacio no iban tan despacio, esto también se resolvió pronto. Casi en el mismo mes. Hace notar el Párroco que:
“me dirige S.S. I. la carta que copiada a la letra dice así:
“Muy Sr. mío: convengo y doy mi permiso para que la imagen de S. Antonio Abad, mandada colocar en esa iglesia parroquial lo sea en la ermita de San Ramón y que el sobrante de las limosnas ofrecidas a aquel Santo, pagados los gastos de su función anual, se inviertan en la conservación y reparos de la ermita de éste; por la utilidad que puede ocasionar al Pueblo, con arreglo a este nuevo destino se inspeccionará la inversión de las limosnas por las Stas. Visitas.
Casa de Campo y agosto de mil y ochocientos…
Ya tenemos respuesta al por qué hay una imagen de San Antonio Abad en S. Ramón. Que por cierto no siempre estuvo en el altar del cuadro de la Virgen, pues consta que estuvo en el de la Dolorosa.
Si nos preguntábamos por la aportación que la Cofradía podía suponer para S. Ramón, no debía ser poca, pues consta que había bastante chacina e incluso algún lechoncillo.
Como hemos hablado de la imagen de S. Antonio, podemos dar algunos datos referentes a ella. Por ejemplo:
“Lo son setecientos reales que costó la imagen de Sr. San Antonio Abad que con licencia del Sr. Obispo se hizo en Salamanca para colocarla en esta parroquia en el año de mil setecientos noventa y cuatro, la que se bendijo por el Sr. Cura de esta iglesia con licencia que le dio S.S. I. 700 rls.”
Se emplearon 28 reales en el embalaje para traerla al pueblo, mas 18 de una tarrafa y tornillo. Y eso que quien se encargó de traerla lo hizo de limosna. Hubo que pagar 10 reales por dos pares de perdices que se dieron de regalo al que encargó al escultor la hechura de la imagen.
Y como la imagen no podía quedar sin nada encima, se desembolsaron 160 reales para una diadema que la adornara.
Por curiosidad, y como cumplimiento de lo que se decía del mantenimiento de S. Ramón, se hizo una cajonería, que puede ser la actual, aunque muy rehecha y destartalada, que tuvo un importe de: 315,23 reales. Aportando también la mitad del importe de un cáliz para S. Ramón y S. Sebastián 341,50 reales.
Aunque es verdad que la cofradía debió terminar por el siglo XIX, la devoción en el día de su fiesta ha continuado hasta nuestros días.
Por el año 1930, la fiesta se celebraba de la siguiente manera:
La fiesta de S. Antón según costumbre de esta parroquia se hacía de la manera siguiente.
Unos días antes del 17 de Enero festividad del Santo los mayordomos y algunos amigos recorren el pueblo por la noche, casa por casa, pidiendo limosnas para el Santo.
Antiguamente se recogía mucha cecina, que se vendía por el Mayordomo para los gastos de la fiesta. También se colectaban limosnas en dinero y otras especies.
Como el patrón era S. Sebastián día 20 de Enero, para que estas fiestas no se perturbasen la una a la otra se celebraba la de S. Antón un domingo o dos después de la de S. Sebastián.
Como el infrascrito Cura, conociendo que estas fiestas se estorbaban la una a la otra, acordó celebrar la fiesta de S. Antón el 2 de Febrero, festividad a la vez de las Candelas por ser días en que va mucha gente a la Parroquia y se vio la idea coronada por el mayor éxito.
La fiesta se hace de la manera siguiente. El día 1 por la noche o el 2 por la mañana se lleva el Santo a la parroquia, para cantar la Misa, que sirve a la vez para las Candelas; se predica del Santo y después de Misa se le trae en procesión hasta su ermita de S. Ramón, en cuyo altar mayor, en su hornacina, al lado del Evangelio está colocado el Santo.
A la puerta de la ermita se subastan los brazos de las andas para la entrada del Santo y se adjudica al que dé más limosna por cada brazo: Una vez dentro de la ermita, se subasta el Santo para subirle a su urna y también se adjudica al que ofrece más dinero para subirle y terminado este acto se termina la fiesta.
El Cura Párroco: Modesto Rodillo.
La evolución de las cofradías a lo actual nos lo relata D. Modesto Rodillo Gil:
“Al hacerme de esta parroquia como Cura Rector de ella observo que los nombramientos de mayordomos (a lo que han quedado reducidas las antiguas cofradías) en esta parroquia del modo siguiente:
Un cabildo parroquial denominado así de tiempo inmemorial y compuesto del Párroco, Alcalde y Ayuntamiento en pleno y Juzgado en pleno, se reunían después de Misa mayor en la casa parroquial una vez el día 2 de Febrero, festividad de las Candelas para nombrar los mayordomos de Ntra. Sra. de Tebas, de S. Sebastián, del Señor o Corpus Cristi, de S. Antonio Abad, y el mismo Cabildo tenía otra reunión el día de la Virgen de la Asunción para nombrar los mayordomos de la Virgen del Rosario y Cristo Resucitado, cuyo nombramientos se hacían por nombramiento directo del Cabildo, después de pensado y discutido y convenido la adjudicación a personas solventes y religiosas.
Esta norma de nombrar mayordomos producía quejas en el vecindario, porque había personas y aun familias que nunca desempeñaban estos cargos, y otras los tenían en sus casas y familias con frecuencia.
Para evitar este inconveniente el infrascrito Párroco, consultado el Cabildo, dispuso que dicha reunión se tenga una sola vez cada año el 2 de Febrero y que los nombramientos se hagan por sorteo habido entre las 60 personas más hábiles y pendientes, existentes en la feligresía.
Casas de Millán 1º de Enero de 1930. El Párroco Modesto Rodillo.
*********
Las ermitas de S. Juan y Santa Lucía, fuera de lo que hasta ahora se ha dicho no tenemos más datos.
Únicamente en un pequeño párrafo de un libro de visitas se dice que:
Las dos ermitas de S. Juan y de Santa Lucía sitas en este lugar y su ejido sólo tienen un Mayordomo y su libro de cuentas de los costos, haberes y rentas que tienen y sus gastos anuales el que se reconoce por los señores visitadores de este Obispado y en su visita mandan lo que justo les parece.
Como, aunque no tenían tan fácil las comunicaciones como en nuestros tiempos, las cosas de palacio no iban tan despacio, esto también se resolvió pronto. Casi en el mismo mes. Hace notar el Párroco que:
“me dirige S.S. I. la carta que copiada a la letra dice así:
“Muy Sr. mío: convengo y doy mi permiso para que la imagen de S. Antonio Abad, mandada colocar en esa iglesia parroquial lo sea en la ermita de San Ramón y que el sobrante de las limosnas ofrecidas a aquel Santo, pagados los gastos de su función anual, se inviertan en la conservación y reparos de la ermita de éste; por la utilidad que puede ocasionar al Pueblo, con arreglo a este nuevo destino se inspeccionará la inversión de las limosnas por las Stas. Visitas.
Casa de Campo y agosto de mil y ochocientos…
Ya tenemos respuesta al por qué hay una imagen de San Antonio Abad en S. Ramón. Que por cierto no siempre estuvo en el altar del cuadro de la Virgen, pues consta que estuvo en el de la Dolorosa.
Si nos preguntábamos por la aportación que la Cofradía podía suponer para S. Ramón, no debía ser poca, pues consta que había bastante chacina e incluso algún lechoncillo.
Como hemos hablado de la imagen de S. Antonio, podemos dar algunos datos referentes a ella. Por ejemplo:
“Lo son setecientos reales que costó la imagen de Sr. San Antonio Abad que con licencia del Sr. Obispo se hizo en Salamanca para colocarla en esta parroquia en el año de mil setecientos noventa y cuatro, la que se bendijo por el Sr. Cura de esta iglesia con licencia que le dio S.S. I. 700 rls.”
Se emplearon 28 reales en el embalaje para traerla al pueblo, mas 18 de una tarrafa y tornillo. Y eso que quien se encargó de traerla lo hizo de limosna. Hubo que pagar 10 reales por dos pares de perdices que se dieron de regalo al que encargó al escultor la hechura de la imagen.
Y como la imagen no podía quedar sin nada encima, se desembolsaron 160 reales para una diadema que la adornara.
Por curiosidad, y como cumplimiento de lo que se decía del mantenimiento de S. Ramón, se hizo una cajonería, que puede ser la actual, aunque muy rehecha y destartalada, que tuvo un importe de: 315,23 reales. Aportando también la mitad del importe de un cáliz para S. Ramón y S. Sebastián 341,50 reales.
Aunque es verdad que la cofradía debió terminar por el siglo XIX, la devoción en el día de su fiesta ha continuado hasta nuestros días.
Por el año 1930, la fiesta se celebraba de la siguiente manera:
La fiesta de S. Antón según costumbre de esta parroquia se hacía de la manera siguiente.
Unos días antes del 17 de Enero festividad del Santo los mayordomos y algunos amigos recorren el pueblo por la noche, casa por casa, pidiendo limosnas para el Santo.
Antiguamente se recogía mucha cecina, que se vendía por el Mayordomo para los gastos de la fiesta. También se colectaban limosnas en dinero y otras especies.
Como el patrón era S. Sebastián día 20 de Enero, para que estas fiestas no se perturbasen la una a la otra se celebraba la de S. Antón un domingo o dos después de la de S. Sebastián.
Como el infrascrito Cura, conociendo que estas fiestas se estorbaban la una a la otra, acordó celebrar la fiesta de S. Antón el 2 de Febrero, festividad a la vez de las Candelas por ser días en que va mucha gente a la Parroquia y se vio la idea coronada por el mayor éxito.
La fiesta se hace de la manera siguiente. El día 1 por la noche o el 2 por la mañana se lleva el Santo a la parroquia, para cantar la Misa, que sirve a la vez para las Candelas; se predica del Santo y después de Misa se le trae en procesión hasta su ermita de S. Ramón, en cuyo altar mayor, en su hornacina, al lado del Evangelio está colocado el Santo.
A la puerta de la ermita se subastan los brazos de las andas para la entrada del Santo y se adjudica al que dé más limosna por cada brazo: Una vez dentro de la ermita, se subasta el Santo para subirle a su urna y también se adjudica al que ofrece más dinero para subirle y terminado este acto se termina la fiesta.
El Cura Párroco: Modesto Rodillo.
La evolución de las cofradías a lo actual nos lo relata D. Modesto Rodillo Gil:
“Al hacerme de esta parroquia como Cura Rector de ella observo que los nombramientos de mayordomos (a lo que han quedado reducidas las antiguas cofradías) en esta parroquia del modo siguiente:
Un cabildo parroquial denominado así de tiempo inmemorial y compuesto del Párroco, Alcalde y Ayuntamiento en pleno y Juzgado en pleno, se reunían después de Misa mayor en la casa parroquial una vez el día 2 de Febrero, festividad de las Candelas para nombrar los mayordomos de Ntra. Sra. de Tebas, de S. Sebastián, del Señor o Corpus Cristi, de S. Antonio Abad, y el mismo Cabildo tenía otra reunión el día de la Virgen de la Asunción para nombrar los mayordomos de la Virgen del Rosario y Cristo Resucitado, cuyo nombramientos se hacían por nombramiento directo del Cabildo, después de pensado y discutido y convenido la adjudicación a personas solventes y religiosas.
Esta norma de nombrar mayordomos producía quejas en el vecindario, porque había personas y aun familias que nunca desempeñaban estos cargos, y otras los tenían en sus casas y familias con frecuencia.
Para evitar este inconveniente el infrascrito Párroco, consultado el Cabildo, dispuso que dicha reunión se tenga una sola vez cada año el 2 de Febrero y que los nombramientos se hagan por sorteo habido entre las 60 personas más hábiles y pendientes, existentes en la feligresía.
Casas de Millán 1º de Enero de 1930. El Párroco Modesto Rodillo.
*********
Las ermitas de S. Juan y Santa Lucía, fuera de lo que hasta ahora se ha dicho no tenemos más datos.
Únicamente en un pequeño párrafo de un libro de visitas se dice que:
Las dos ermitas de S. Juan y de Santa Lucía sitas en este lugar y su ejido sólo tienen un Mayordomo y su libro de cuentas de los costos, haberes y rentas que tienen y sus gastos anuales el que se reconoce por los señores visitadores de este Obispado y en su visita mandan lo que justo les parece.