El viejo tronco de fe de Casas de Millán
II
Si importantes son para un pueblo sus hijos más destacados, también lo es el entramado socio-religioso de su historia. Éste nos lo da el conjunto de cofradías, hermandades y devociones de cada pueblo.
Se pretende en los siguientes apuntes, conocer un poco, qué fue del pasado religioso del pueblo, viendo sus asociaciones religiosas, así como sus edificios, que en definitiva son manifestación de su fe cristiana. Para ello partimos de lo que eran y representaban las cofradías en la historia de la religiosidad cristiana.
En su origen, las cofradías fueron advocaciones con fines gremiales o institucionales que agrupaban sectores profesionales, y que solían tener un santo protector o Patrón.
Desde el punto de los cristianos: son aquellas que reúnen a los creyentes en torno a una advocación de Cristo, de la Virgen o de un santo, un momento de la Pasión o una reliquia, con fines piadosos, religiosos o asistenciales. De tal modo se podría hablar de hermandades sacramentales, cristológicas, marianas, de santos, de ánimas, mixtas, pasionarias, etc. Pero de forma general se admiten, tradicionalmente, tres tipos de cofradías:
- Penitenciales, las que hacen pública estación de penitencia en Semana Santa.
- Sacramentales, las que cultivan, como objetivo básico, la devoción y adoración hacia el Santísimo Sacramento.
- De Gloria, que es como se denomina, en algunas partes, a las hermandades que no encuadran en ninguno de los dos segmentos anteriores; normalmente, fomentan el culto a alguna advocación mariana o a algún santo.
Muchas cofradías suelen organizar una procesión, al menos una vez al año, bien solas o reunidas a otras cofradías.
El órgano plenario de la cofradía es el cabildo o asamblea general de todos los cofrades. El cabildo general es el encargado de elegir la Junta de Oficiales o de Gobierno, que es el órgano permanente de dirección de la cofradía, encabezado por su Presidente, Hermano Mayor o Padre Mayor.
Con esta idea general sobre lo que son las cofradías, nos adentramos en repasar en Casas de Millán, sus ermitas, pues son el mayor número de lo que denominó al pueblo como el de las “siete iglesias”. La Parroquia, San Sebastián, Santa Marina, Ntra. Sra. De Tebas, San Ramón, San Juan y Santa Lucía. Aunque hubo alguna más de la que tengamos noticia.
De la Parroquia es conocida su historia, en el libro primero. Trataremos ahora de las ermitas que un día fueron expresión de la fe de los casitos. Casi todas tenían asociada una hermandad o cofradía.
Nos ocupamos en primer lugar de la de Nuestra Señora la Virgen de Tebas por dos razones, por ser la Patrona y por su historia.
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