Inquisidor en Granada
Es muy probable que ejerciera bien su oficio, por lo que se le encarga la responsabilidad de crear la Inquisición en Granada, que tuvo algún antecedente en Jaén, porque se dice:
Lo cierto es que aquel se estableció primeramente en Jaén, y de allí pasó a Granada por orden de Carlos V en 5 de Noviembre de 1526. Sus primeros ministros fueron el licenciado Hernando de Montoya, inquisidor mayor; el licenciado Juan Ibáñez, inquisidor; el licenciado Hernando Duque de Estrada, fiscal; Hernando de Soto, alguacil mayor; y el licenciado Guerrero, secretario del secreto.
No tenemos muchos datos más sobre el desarrollo de su estancia en Granada, porque según el mismo documento nos dice:
El archivo de la inquisición de Granada fue entregado a las llamas en el año de 1823 por temor de que un cambio político reprodujese sus persecuciones.
No obstante tenemos también un dato en “La conquista de Granada”
El 7 de diciembre de 1526 una junta celebrada en Granada decidía radicalizar las prohibiciones y aumentar el grado de intolerancia: la prohibición de la circuncisión, de la lengua árabe hablada o escrita, de la tenencia de esclavos, de los rituales en el sacrificio del ganado, de los vestidos, amuletos, joyas, etc. que tuviesen relación con la religión islámica. El mismo día, el inquisidor de Jaén, el licenciado Juan Yáñez, era trasladado a Granada con el encargo de poner en marcha un tribunal cuya jurisdicción abarcaría todo el “el arzobispado y la ciudad de Granada, los obispados de Málaga, Guadix y la abadía de Baza, y todo el antiguo reino de Granada ganado por los Reyes Católicos”: en esta fecha se nombran los correspondientes funcionarios. (6)
Lo que sí se sabe es que debió tener bastante trabajo en su oficio de inquisidor, pues tanto los problemas anteriores como posteriores de aquellos tiempos así nos lo indican.
La rebelión del Albaicín se extendió muy pronto a otras comunidades mudéjares. Durante todo el año 1500 se produjeron revueltas en la Alpujarra, Almería y Ronda, haciendo necesaria la intervención militar del mismo rey. El triunfo castellano no resolvió ninguno de los problemas que la provocaron; desde enero de 1500 comenzaron las conversiones en masa, pero no fue el hecho de la diferenciación religiosa el único que influyó en la rebelión y en los sucesos posteriores. En 1495 y 1499 la Corona exigió a los mudéjares nuevas contribuciones fiscales que no recayeron sobre los pobladores cristianos. Durante los años 1501 y 1502 se desarrollaron nuevas manifestaciones intolerantes; la Inquisición había comenzado a funcionar hacía tiempo: en 1499 se había nombrado inquisidor de Granada a Diego Rodríguez Lucero, y aunque la instalación definitiva de un tribunal en Granada no se llevó a cabo hasta 1526, desde 1500-1501 desarrolló sus actividades desde Córdoba. En octubre de 1501 se ordenó quemar todos los libros relacionados con la religión musulmana y en febrero de 1502 se obligaba a los mudéjares granadinos a decidir entre la conversión al cristianismo y la expulsión. La mayoría de ellos se bautizó a lo largo de un período de tiempo que llegó hasta bien entrado el año 1506. Nuevas capitulaciones que la monarquía suscribió con diferentes comunidades moriscas marcan el cambio de actitud en relación con los problemas derivados de una conversión forzada que hizo fracasar estrepitosamente el viejo ideal evangelizador de fray Hernando de Talavera. La intolerancia comenzó a concretarse en un conjunto de prohibiciones que, pretendiendo acelerar la integración, provocaron el efecto contrario: desde la anulación del régimen fiscal granadino hasta la reglamentación de cómo deberían sacrificarse las reses, un conjunto de medidas afectaron al sustrato cultural y señas de identidad de los granadinos. La limitación del uso de armas, la prohibición de la vestimenta morisca, la elaboración de un catálogo de profesiones y actividades reservadas a los cristianos, vinieron acompañadas de disposiciones que intentaban evitar la relación de los moriscos con los musulmanes del norte de África. (7)
Inquisidor en Toledo
No permanece mucho tiempo en Granada, pues en 1528 fue proveído por Inquisidor de Toledo, donde residió más de 20 años, y el Emperador Carlos V le hizo merced de trescientos ducados de pensión en el obispado de Málaga.
No cabe duda que la experiencia de las inquisiciones periféricas, donde los conflictos eran más numerosos y de marcado rigorismo, hacen avezados a los inquisidores. Juan Yáñez ha adquirido experiencia para ser trasladado a una de las Inquisiciones más importantes.
Entramos en una etapa en la que ya los judíos y moriscos han sabido sortear las dificultades anteriores, y se da más la simulación de las exigencias reales para poder permanecer en territorio español.
Algo de esto se encuentra en un pequeño relato, en que se nos dice:
“En su caso, entonces, el bautismo no se vio como algo forzado; lo hicieron «con muy buena voluntad», según sus propias palabras. Por supuesto que no podemos aceptar así por las buenas lo que decían, ya que hablaban en 1530, cuando el inquisidor Juan Yáñez visitaba la zona e iba demandando pruebas de bautismo.” (8)
No le era fácil descubrir la verdad pues se ocultaban unos a otros, ya que sabían disimular su condición de islámicos. Pero como hay signos específicos, culturales y religiosos que no se pueden ocultar por ellos los descubrieron. En 1538 cuando el inquisidor Yáñez empezó su encuesta sobre los moriscos de Daimiel supo rápidamente, a parte de los del vino y del tocino, que los moriscos solían llevar barba, que excavaban sus tumbas muy hondas, que degollaban las reses de forma especial. Con ello creció su convicción personal en cuanto a su íntima fidelidad al islam. Pero, no podía entablar un proceso con indicios tan endebles. Necesitaba hechos más concretos Ningún cristiano viejo se los pudo dar. Los propios moriscos le opusieron en verdadero muro de silencio… La solidaridad y las presiones eran tales, que ninguno se atrevió a hablar. El inquisidor tuvo que dar la batalla para romper el cerco.
A todos ellos, Yáñez los sometió a averiguaciones especiales preguntando “secreta y apartadamente” al resto de moriscos si conocían de su bautismo. A mediados de septiembre concluyó su misión. Había censado un total de ciento setenta y dos moriscos, quince de ellos bautizados fuera de la villa.
La misión de desarrolló entre 1530-38.
“El inquisidor Juan Yáñez llegó a La Mancha en enero de 1538 y, nada más instalado en las Cinco Villas, empezó a investigar las costumbres de los moriscos. A raíz de las denuncias que recibió de algunos cristianos viejos decidió, en noviembre de 1538, arrestar a Lope de Hinestrosa, vecino de Daimiel, seguramente porque todos lo consideraban el jefe de la resistencia que los moriscos de la región ofrecían en aquellos momentos al inquisidor.
En los meses siguientes, Yáñez fue de una parte a otra del campo de Calatrava, investigando las denuncias y arrestando a los acusados. El 16 de julio de 1541 veintiséis moriscos de Daimiel salieron en un auto-da-fe; de ellos dos fueron relajados al brazo seglar, a morir quemados en la hoguera. (9)
Catedral de Calahorra |
Nombramiento de Obispo
Ya con una larga experiencia y una madurez de gobierno, nuestro personaje ”casito” ha demostrado su servicio a la realeza. Precisamente al referirse a quienes prestaron servicios a los Reyes Católicos, Alonso Fernández (O. P) nos dice: “de don Juan Yáñez, Obispo de Calahorra, natural de Casas Domillán, aldea de la jurisdicción de Plasencia, el cual sucedió en el obispado a don Juan de Villalva, hermano del Coronel Villalva, Chantre que había sido de Plasencia. (10)
Bastan unas citas para ver la bondad que había adquirido
Después en el año 1543 le presentó por obispo de Calahorra, de que está bien descuidado, por su humildad y virtud: fue grande Inquisidor; concurrieron en él todas las calidades y buenas partes que se requieren para ejercer tan grande y santo oficio. Era sencillo de gran bondad. (11)
Era tan moderado en sus aspiraciones, de tan pocas necesidades y tan escasa su ambición, que se conceptuó muy recompensado con aquella mezquina suma, sin que volviese a solicitar más en su vida. Su virtud, sin embargo, fue causa de sus adelantamientos; pues sin excitación de ninguna especie, el Emperador le presentó para el obispado de Calahorra en 1543.
No disfrutó mucho tiempo de este cargo, pues murió al cabo de un año el día 24 de Diciembre de 1544, en la ciudad de Logroño, a los setenta años de edad. Fue sepultado en la capilla de nuestra Señora de la Antigua en la iglesia parroquial del palacio.- M. B.”
En la relación que hace de Esteban de Zamalloa y Gariby nos dice:
“Entre los obispos de Calahorra y la Calzada, sus contemporáneos, tuvo amistad con D. Juan Yáñez, inquisidor que había sido antes de Toledo, prelado tan santo y ajeno de las pretensiones de obispado que como Francisco de los Covos, secretario del dicho Emperador, le escribiese a Toledo, donde era inquisidor la merced que el Emperador le hacía de elegirle por obispo de estas dos iglesias unidas y un criado suyo le diese la carta con el parabién, tratándole de Señoría, le respondió con santa inocencia que debía venir errado, enviado al otro señor inquisidor, su compañero, que era muy amigo de su amo, pero él no le conocía, ni jamás le había escrito carta: en estos tales están bien los obispados.” (12)
Con tan poco tiempo en su misión de Obispo no pudo desarrollar mucho sus capacidades. Por eso es considerado en la Diócesis de Calahorra como un obispo de transición, aunque tenía en marcha un Sínodo en Sto. Domingo de la Calzada. Así lo expresa Santiago Ibáñez en su libro “Diócesis de Calahorra a mediados del s. XVI”.
“Menos podemos adjudicar tal visita a Juan Yáñez (1543-1544), entretenido el año que vistió la mitra episcopal en celebrar un Sínodo en Sto. Domingo de la Calzada. Tanto a Antonio Ramírez de Haro, como a Juan Yáñez se los puede considerar obispos de transición entre quienes les precedieron y sucedieron” (13)
Éste es nuestro casito histórico que abrió el camino para otros muchos, como veremos posteriormente.
Cuadro cronológico
- Nacimiento: 1474
- Ordenación sacerdotal: 8-10-1508
- Inquisidor en Cuenca: 1518
- Inquisidor en Murcia Jaén: 1525
- Inquisidor en Granada: 5-11-1526
- Inquisidor en Toledo: 1528
- Obispo de Calahorra: 24-09-1543
- Muere el 24-12-1544
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