¿Pudieron ser los griegos los primeros en traer la cultura por estas tierras? ¿Hicieron que la belleza de sus sierras fuera posteriormente atracción para los asentamientos de cuantos pasaron por estos sitios?
Según nos cuentan en “Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia” Pág. 6:
Habla del castaño, traído del lugar de Castanea, cerca de Ambracia. Aquí se extendieron mucho, de tal modo, que dice: se extendieron y multiplicaron, pues desde entonces ha habido montes de muchas leguas, todos los castañares, que en ninguna parte de España los hay semejantes.
Pierio Valerio en su libro de los Hieroglíficos, escribe que el castaño es árbol traído del lugar de Castanea, cerca de Ambracia.
Y S. Isidoro lib. 17 de las Etimologías c. 7 dice: que fue consagrado este árbol al dios Júpiter. Porque según el falso pensamiento y opinión de los gentiles, estaba aquella ciudad griega debajo del amparo de Júpiter, y de su madre Cybeles.
No es fácil determinar una fecha para el comienzo del asentamiento de los habitantes que darían base para el Pueblo de Casas de Millán. Todos los escritos situan su primera aparición, aunque no en el mismo lugar actual, sino un poco más al oeste, en tiempo de los romanos. La cercanía del paso de “La Vía de la Plata”, cuyo itinerario se jalonó de pequeñas aldeas, pudo dar lugar a la Villa Romana nominada ahora de “San Benito”. En este yacimiento arqueológico se han encontrado monedas del Bajo Imperio (siglo I. C.)
Otro indicio de sus orígenes romanos es, que aproximadamente en la vertical hacia el Norte, de dicha Villa de S. Benito, en la cumbre de la Sierra de Santa Marina, está localizado un antiguo campamento romano, que con toda probabilidad era lugar de vigilancia, pues tiene una posición panorámica inmejorable. Es conocido como la “Casa del Pretor”, donde se han documentado habitaciones pavimentadas con baldosas de forma cuadrada y hexagonal, y un sistema de conducción de agua.
Esta denominación de Pretor pudiera tener algo que ver con la misión, que en algunos sitios se dio a dicho cargo, puesto que, aunque no en su primera acepción es de tipo judicial, posteriormente se creó la función de proteger a los peregrinos. A medida que el imperio iba conquistando nuevos territorios, el número de pretores fue creciendo, a la par que Roma iba dominando, pero a pesar del número de pretores, esta magistratura no estaba colegiada, ya que todos no tenían las mismas competencias y estas eran sorteadas.
De todos es conocida la importancia de la Vía de la Plata, que pasaba por el puerto de “Los Castaños”, precisamente entre las laderas de la sierra de Santa Marina y el Cerro de los Castillejos. Era lugar de tránsito, y por ello había que vigilar el paso de personas, bien peregrinos, bien militares o de cualquier otra actividad.
Inscripciones de Tebas
Otro lugar que nos da indicios de los asentamientos romanos, lo encontramos en el promontorio donde se sitúa actualmente la ermita de la Virgen de Tebas, junto a la ribera de “El Castaño”.
Tales indicios son claros. Tenemos encajada en la pared frontal de la ermita, en la esquina izquierda, una inscripción romana, que se halló, cuando en 1687 se hicieron excavaciones para la reedificación de la ermita a la Virgen, Patrona de Casas de Millán.
Las inscripciones dicen:
1) HIC CANCELLIVS ADERICI ROMANI FILIVS VENIT SOLVERE VOTVM
Su traducción podría ser así: Cancellio, hijo de Aderico Romano, vino a cumplir su Voto a este lugar, o templo.
Lo que no dice a qué numen estaba dedicado. Puede ser que lo estuviera a Júpiter; así parece porque en la lápida se ve grabado un buey, que es la forma brutal de que se revistió este fabuloso dios para ejecutar el famoso rapto de Europa, como también, porque en la lápida siguiente, que es igualmente votiva, y del mismo lugar, se nombra un templo de Júpiter Capitolino.
2) IN- HAC- EADE- MAXIMI- IOVS- CAPITOLINI- ROCELIMA- ENCONII- FILIA- RACELSIVS- ETIAM- ROMANVS- SOLVERVNT VOTA.
Dice así la inscripción: Rocelima Romana hija de Enconio, y Celsio también romano, cumplieron sus votos en este templo del Máximo Júpiter Capitolino.
El Romana y Romanvs pueden significar patria, y pueden ser también apellidos que indiquen el origen de la familia.
TIBERIO- IMPERANTE- PVBLIVS- TER CONSVL- BIS- VISITAVIT- HANC- AEDEM- ET- OBTVLIT- HOLOCAUSTA.
Esta lápida dicen, se descubrió en mil setecientos y nueve; y como pertenece al mismo lugar de la antecedente, es natural que el templo de Júpiter, de que se habla en aquella, sea el mismo que se indica en ésta. Dice así:
Imperando Tiberio, Publio Terencio dos veces Cónsul, visitó este templo y ofreció en él holocaustos.
En caso que la lápida exista, y sea genuina, como se supone, debe haberse arbitrado mucho el copista alargando y escribiendo a su modo las palabras que hallaría truncadas, o notadas, con solas iniciales. Lo cierto es que Tiberio Imperante; el, Visitavit Aedem; el Obtulit holocausta, no son expresiones muy usada en la lapidaria y lo peor es que en tiempo de Tiberio o de su antecesor Octavio no hubo Cónsul alguno llamado Publio Terencio
La anterior versión es la dada por Masdeu.
Cuando en 1972 se hizo un redescubrimiento de dichas inscripciones, Andregoto Galíndez, dice:
Donde en la actualidad se levanta el templo dedicado a Nuestra Señora de Tebas, a 5 km de las Casas de Millán (Cáceres), junto a la frondosa Ribera del Castaño y sobre una pequeña colina, hubo un templo dedicado a Júpiter Capitolino según testimonian dos inscripciones romanas aparecidas en el lugar. De este y otros posibles templos en el lugar nos avisa además el topónimo vecino Herguijuelas, que procede del latín ECCLESIOLAS, diminutivo plural de ECCLESIA, "iglesia".
Lo que sí está claro es que se trata de un exvoto mediante el cual un tal Caius Antonius Anderci dejó constancia de haber cumplido una promesa o voto en el primitivo santuario romano (las iniciales V.S. representan la abreviatura latina de "votum solvit" = cumplió su voto).
No es descartable que este lugar, fuera nudo de comunicación, para poder enlazar con la Vía de la Plata, probablemente a su paso por el término de Mirabel. Está claro que en Monroy hay un lugar, cuyas ruinas romanas están perfectamente estudiadas, llamadas ("Las Aguzaderas",) distante 6 km de la localidad en la finca "los términos" propiedad del ayuntamiento de Monroy.
También tenemos noticias de la llamada la vereda de Talaván hacia Serradilla, en tiempo de los romanos, que pasaron el Tajo en 139 a. C. Aún sigue existiendo el llamado Camino Real, que enlaza desde el paso del Tajo, donde se encontraba la Virgen del Río, y el puerto de “El Pontón”, entre la Sierra de la Marimorena y Santa Catalina. Tal vez tenía conexión con el asentamiento romano de Tebas, ya que aún consta en mapas geográficos y catastrales el camino de enlace entre El Real y a la Serradilla, uno denominado de Tiebas.
Queda ciertamente claro que el término de Casas de Millán, fue poblado desde los tiempos romanos.
Período visigótico
¿Pudo seguir siendo el lugar de asentamiento romano, morada de habitantes visigodos?
Indicio de ello puede ser la presencia de una de las escasas “columnas visigóticas” cuya área de reparto está entre Francia y España.
Fue hallada, al igual que las inscripciones anteriores, en el cerro donde se asienta la ermita del s. XVII, de la Virgen de Tebas, aunque la devoción es de siglos anteriores.
Los expertos no están de acuerdo en su origen. Unos tienen la hipótesis, nunca demostrada, que su origen es el primitivo altar cristiano en las aras romanas.
Algunos expertos prefieren la denominación de tenantes o soportes de altar visigodos, o bien, aras con cruces patadas.
Es cierto que en lugares, como del que estamos tratando, hubo dominación de fuerte romanización, pero cuando apareció la dominación visigótica, una vez convertidos al cristianismo, hubiesen continuado utilizando los mismos soportes para sus altares, es decir, las aras romanas, aunque decorándolas con motivos propios de la nueva religión.
Así, en el santuario de Tebas de Casas de Millán se registran inequívocamente todos los estadios que indican la pervivencia, durante al menos dos milenios, de un culto y de un espacio sagrado que evoluciona gradualmente en el tiempo, y por ello merece un estudio detallado que lo sitúe al mismo nivel que otros santuarios con reminiscencias paganas.
Etapa musulmana
Durante dos siglos se mantiene el poder visigodo en la Península, con una monarquía electiva muy inestable, cuyos errores favorecieron la llegada de los musulmanes desde el N. de África.
Nos es desconocida la presencia de la dominación musulmana en nuestra región. Como en otros tiempos, el río Tajo sigue siendo un obstáculo para la conquista, como posteriormente lo será para la reconquista. Dada la rapidez con que los musulmanes realizan la conquista, es de suponer que la Vía de la Plata facilitara la llegada a estos horizontes.
En unos 10 años se realiza la conquista principal de la Hispania, aunque hasta en el 726 no se pone fin.
Lo más significativo es el antiguo castillo de Monfragüe, que es de construcción musulmana.
No quiero dejar de consignar un dato que hace referencia a un posible asentamiento musulmán, en término de Casas de Millán, dado el nombre que tiene.
Reseña Madoz: se dice hubo un pueblo llamado Guadalerma, del que se advierten algunos vestigios en paredes de buena construcción y piedras labradas, aunque otros aseguran que solo era una ermita dedicada a San Miguel. Estaría situado en las casas llamadas Herguijuela de Guadalerma. Tenemos por tanto el vocablo Guadalerma de composición musulmana y Herguijuela del que se nos dice, que pudo haber varias “iglesias” o ermitas, puesto que dicha palabra procede del latín “ecclesiolas”, diminutivo plural de “ecclesia”, iglesia. Por ello hay denominaciones de Casas de la Herguijuela, de D. Julio, y la mencionada.
No podemos descartar la influencia que hubo en todos estos territorios de los flujos y reflujos de la dominación musulmana.
Lo más probable es que el pueblo estuviera bajo dominación musulmana hasta mediados de los años 1237 y 1238 en que se realiza el avance hacia Sevilla y queda liberado Mirabel.
La repoblación
Dejando el tiempo en que los musulmanes retroceden ante el empuje de los reinos cristianos al norte de la península, nos encontramos con las conquistas que castellanos-leoneses realizan en las tierras comprendidas entre el Duero y el Tajo. A medida que van avanzando, con el fin de poder contener las fuerzas bereberes que intentaban posesionarse de lo perdido, se realiza la repoblación de estos terrenos. Normalmente se sustenta con colonos libres y concejos con amplia autonomía (fuero).
Esto es, que las intermitencias de los avances y retrocesos cristianos sobre el Tajo en el s. X y XI habían generado y alimentado unas condiciones marcadas por las fronteras. Por eso no pudieron ser nada más que repoblaciones incipientes, parciales, incompletas o simplemente fracasadas.
De hecho al hablarnos de la fundación de Plasencia se nos dice que una de las razones por las que se hace tal fundación en 1186 es porque en “Ambroz” nos encontramos con un espacio completamente vacío de población.
Por esta circunstancia y estar situada nuestra comarca en la parte norte del Tajo, tiene todas las probabilidades de que la repoblación de este pueblo tuviera las características de lo descrito; asentamiento de colono individual, al que se le habían agregado otras familias rurales. De hecho, el término casar o casas por la parte de Castilla, aparece vinculado a las formas de poblamiento rural disperso, producto de la iniciativa muchas veces particular de familias de agricultores en busca de nuevas tierras que cultivar.
Hay un indicio de que sus orígenes son de colonos castellanos, pues, aunque un poco alejados de los inicios, los apellidos de sus habitantes en los primeros libros parroquiales que tenemos, nos hablan de: Arévalo, Barco, Benavente, Serrano, Soria, etc. El mismo apellido Yáñez, que veremos después, es de procedencia del norte.
De lo que sí estamos seguros es que este asentamiento debió ser anterior a la fundación de Plasencia por Alfonso VIII. Tal vez en la repoblación que realizó Alfonso VI entre los años 1118 a 1145. O en los que hizo Alfonso VII.
Concretando un poco más, puede que al tener en estos momentos gran influencia la casa de Lara a través de su dominio, alguien relacionado con dicha casa tuviera asentamiento aquí. De hecho, don Manrique Pérez de Lara, (1115 a 1202) extendió su área de dominio por la Extremadura y la Transierra, en contacto permanente con la frontera de los moros.
El caso es que, cuando se determinan terrenos pertenecientes a Plasencia, se encuentra la nominación de casas Domillán.
Pero, ¿quién es el fundador? Es incógnita que por el momento no se ha resuelto.
Desde luego en su tiempo debió ser un buen sitio por lo que veremos después. Entre dos arroyos, buenos manantiales procedentes de “La Canal”, resguardado de los fríos y vientos del norte, y panorámica envidiable hacia la parte sur con la vista de Cáceres y los llanos que la rodean, hasta alcanzar las montañas de Montánchez.
Una de las versiones que se apuntan, es que pudiera tener su casa solariega un tal Don Millán. De hecho los primeros datos históricos que tenemos 1,189, primera referencia, es de 8 de marzo de dicho año, día en que el rey Alfonso VIII otorgó términos a Plasencia a costa del territorio de Ávila.
En varias páginas de la “Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia” se hace mención de la “aldea menuda” de Casas de Millán. Así nos dice: Las aldeas de la jurisdicción de Plasencia son 42 repartidas en tres sesmos. El sesmo de la Vera, Campo de Arañuelo, y aldeas menudas, diez concejos y 18 lugares, aunque Mirabel y la Serradilla son villas y pertenecen a este sesmo, y así no quedan sino 16 aldeas, Malpartida, Casas de Millán, Toril, Casatejada, las Majadas, Saucedilla,…
Y cuando hace referencia a las ermitas que están con alguna advocación de Nuestra Señora, cita: “En las Casas Domillán nuestra señora de Tiebas”. En Talaván nuestra señora del Río, junto al Tajo, aunque anteriormente estuvo en término de Las Casas.
Igualmente, al hacer el recuento de habitantes que pertenecen a los sesmos, anota que: “En solo cuatro pueblos, Malpartida, Casatejada, Serradilla y Casas Domillán, dos mil vecinos.”
Al describir las bondades de frutos del concejo de Plasencia dice: “higos, de muchos veduños, granadas, membrillos, cerezas, guindas, nueces y avellanas, todo género de agrio y dulce, y de esto también en las Casas Domillán, tierra también de Plasencia, naranjas, limas, limones, ceoties, cidras y toronjas.”
Desde estas constataciones podemos ver algunos acontecimientos y situaciones que a lo largo del tiempo podemos ubicar en Casas de Millán, aunque no nos sirvan nada más que para conocer algunos de los episodios ocurridos aquí.
Es curioso cómo las luchas entre los señoríos de alrededor, causan estragos en el pueblo. En el año 1476 El Maestre Don Alonso de Monroy había estado prisionero. Fue grande la alegría de todos los suyos, cuando lo vieron fuera de la prisión.
Entonces, hizo un pequeño ejército con hombres fugitivos y de mal vivir, juntando unos 200 de a caballo y 400 peones haciendo la guerra a los pueblos que estaban en la jurisdicción de Don Juan de Zúñiga, Maestre de Alcántara.
Porque los Reyes Católicos le escribieron que les hacía un notable servicio en hacer guerra al Duque de Arévalo y Plasencia, que tenía la voz del Rey de Portugal. Y así entró en la tierra de Plasencia y vino a las casas Domillán, las saqueó guardando siempre dos Capitanes suyos, a quienes ordenó que a lo que estuviese en la Iglesia, ninguno llegase. Enviaron los Duques un Capitán con 300 de a caballo a la Serradilla para que guardase por aquella parte, y fueron vencidos del Maestre, y muerto su Capitán y la mayor parte de su gente, con que el Maestre tornó gran cantidad de ganado, que se habían allí recogido, y muchos caballos, armas y otras cosas.”
Dada la situación privilegiada de Casas de Millán, como paso por el puerto de Los Castaños y el Pontón, era lugar para cobrar los impuestos de entrada de ganado y mercancías. Así como en Malpartida, lugar por donde pasaban los ganados de la parte de Torrejón, y Trujillo con parte del Campo Arañuelo.
Así queda expresado en estas dos citas:
Yten, que de todo qualquier ganado que traxeren qualesquier merchanes de fuera parte que pasaren por esta dicha ciudad o su término que se entiende y estiende fasta Malpartida y en las Casas Domillán, que se lleven los derechos suso nombrados, que son de ganado mayor un maravedí e de ganado menor una blanca según dicho es.
Yten que [e]l dicho portadguero o portadgueros que fueren en esta dicha çiudad /Fol. 459v. / así agora como de aquí adelante para memoria de lo por venir, no puedan poner ni pongan persona o persona que recauden en dicho portadgo en otros lugares algunos salvo en Malpartida y en Casas Do Millán, e por el término acostunbrado desta ciudad donde se suele pagar el dicho portadgo e cojerse.
Con todos estos datos tenemos ya establecido un pueblo asentado en la ladera meridional de la Sierra de los Rincones, en Cantaqueo. Lugar que por entonces estaba probablemente lleno de bosques de pinos, pues se manda y ordena por aquel tiempo: se dé rayas de fuego a los pinares de los concejos siguientes de Malpartida, la Serradilla, Las Casas Domillán. Es una orden que tienen que cumplir especialmente los resineros.
¿Qué ha pasado con los bosques de castaños? Deben haber disminuido, pues se nos dice que por una epidemia quedó disminuido el bosque de castaños.
Como en todo asentamiento humano una de las primeras necesidades es el agua. Este es un buen sitio porque la abundancia de agua recogida en el rincón de la Canal, además de las corrientes subterráneas delatadas por numerosos pozos, son suficientes para el abastecimiento.
Los arroyos de Los Mártires y del Mimbrero, junto a los que se cultivan los frutales descritos, serán provisores del agua para necesidades de la limpieza de ropas y abrevaderos de ganados.
Un indicativo de esta afirmación es que los dos edificios significativos que aún quedan, iglesia y Palacio de Siete-iglesias, están a un lado y otro de esta arteria fluvial. Y que el pueblo tiene sus primeras moradas hacia La Canal.